Orgullosos padres relatan cómo sus hijos con discapacidad egresaron de programa universitario que busca la inclusión
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- Sonia Tamayo
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El Programa Diploma en Habilidades Laborales cumplió 16 años a nivel nacional, y 9 en la Sede Concepción de la Universidad Andrés Bello. Creado por la motivación de los mismos padres, madres y apoderados de hijos con discapacidad intelectual, quienes deseaban que sus hijos pudieran acceder a la Educación Superior y seguir desarrollándose para la inclusión laboral futura, ya tiene 406 egresados desde su creación y que este 7 de abril vivió una nueva ceremonia de graduación en la sede Concepción de la UNAB.
Clave es el rol que cumplen los padres en este proceso, quienes deben apoyar a sus hijos en los 3 años que dura el programa. Muchos ingresaron con temores y reservas, pero hoy ven orgullosos el desarrollo de los jóvenes ya egresados.
Uno de ellos es Andrés Boré (64), padre de Javier (36), uno de los participantes del Diploma, quien nació prematuro, perdió la vista producto del suministro de oxígeno y además esto le causó daño neurológico. En Chile fue alumno regular en varios colegios, con apoyos de sus padres, y con 14 años, Javier se trasladó a Concepción para ingresar a Coalivi (Corporación de Ayuda al Limitado Visual). Años después, toda la familia se fue a Estados Unidos, ya que había una escuela para personas limitadas visuales en Florida. Javier aprendió a ser independiente y las habilidades para poder desenvolverse sin ayuda de otros.
Ahí cumplió 30 años, pero tenía una rutina que ya no era ni motivadora ni desafiante. Trabajaba dos días a la semana armando cajas en Papa Johns, “entonces apareció en nuestra vida el programa Laboral. Nos pareció una buena oferta para él”.
Así, Javier volvió a Chile y comenzó sus clases en la UNAB, donde egresó con la mención en Educación de Párvulos. Su familia, ya establecida en Estados Unidos por 12 años, se quedó allá.
Hizo la práctica en el Colegio Almondale y se graduó este 7 de abril. Ahora tomó un curso de Locución online, y además participa en una radio online junto a su polola Denisse.
Para su padre, el programa Laboral fue clave: “Él tenía que estudiar, era una motivación y un incentivo. Le cambió la vida y estamos maravillados por la calidad del programa y por la capacidad que tuvieron de hacer clases virtuales cuando llegó la pandemia”.
También rescata que vivieron una experiencia universitaria, como cualquiera. “Por eso, les digo a los padres que postulen y se tiren a la piscina por una causa que es más grande que ellos como padres. En algún momento los padres nos vamos y qué va a pasar con un hijo sobreprotegido al que se le ha negado la posibilidad de aprender a sobrevivir. Si no se hace eso, lo obligas a depender de otras personas, con una etiqueta que dice: yo soy discapacitado, yo no me la puedo”, planteó.
“Nunca tuvimos límites”
Angélica Henríquez y Claudio Hevia son los papás de Carolina (28) y Claudia (22), ambas jóvenes con Síndrome de Down y egresadas del programa.
Con mucho esfuerzo, lograron que sus dos hijas terminaran el cuarto año medio. Mientras Carolina se iniciaba en el programa en la Universidad, Claudia terminaba su enseñanza media en el colegio Per Se, lo que gatilló la mudanza definitiva de la familia desde Laja a Concepción.
Carolina escogió la especialidad de Apoyo a la Función Administrativa. Hizo su práctica en el colegio Almondale, y ya lleva allí 4 años trabajando en el departamento de SchoolTrack, donde se ven los temas administrativos del establecimiento. Su hermana escogió la misma mención y se gradúa este 7 de abril, tras realizar la práctica en la universidad. Hoy buscan un espacio laboral para ella.
“Para mí, lo más valioso del programa Unab es que ellas se sintieron parte de algo, más que los conocimientos que pudieron haber adquirido. Y eso las enriqueció, porque se sintieron que podían hacer lo mismo que hacía todo el mundo: tener amigos, comunicarse por Whatsapp, ir a fiestas, eso fue bueno para ellas como personas”, destacó su padre.
Y por eso Angélica llamó a los padres a hacer el esfuerzo y postular a sus hijos al programa: “Yo le dije a muchos: ¿por qué, si gastas en educar a un hijo profesional, no haces lo mismo con el que tiene discapacidad, si es un ser humano con derechos, y que tiene los mismos sueños que los demás? Muchos me lo han agradecido”, concluyó.
Todos tienen derecho a educarse
María Florencia Iriarte, directora del Programa Diploma en Habilidades Laborales Sede Concepción de la Universidad Andrés Bello, aseguró que “la idea es garantizar su derecho a la educación superior y es la única universidad que ha abierto sus puertas a jóvenes con discapacidad intelectual, que egresan de colegios con proyecto de integración o que provienen de talleres laborales. Es una experiencia transformadora para todos los estudiantes”.
Los alumnos egresan con las menciones de apoyo a un área específica: Producción Gastronómica, Función Administrativa, Viveros y Jardines, Veterinaria y Educación Parvularia. De los 70 egresados, en Concepción, el 50% está trabajando.
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