Recomendaciones para acompañar a estudiantes con TEA en el último trimestre del año escolar

Experta explica cómo docentes y familias pueden afrontarlo de mejor manera.

Guía de: Inclusión

El último trimestre del año escolar representa un periodo de alta exigencia emocional y académica, especialmente para los estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA). En esta etapa, las rutinas cambian con frecuencia, ya que aumentan las evaluaciones, los ensayos, los actos de cierre y las celebraciones, lo que altera los horarios y el orden del día.

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La académica Camila Jorquera, de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello, advierte que estos cambios pueden generar gran ansiedad y malestar. “La imprevisibilidad del entorno y la falta de anticipación en los cambios interrumpen la sensación de control y estabilidad que muchos estudiantes autistas necesitan para organizar su día”, señala.

Desafíos y recomendaciones
Entre los principales desafíos, Jorquera destaca la sobrecarga sensorial que provocan los eventos de fin de año. “Las luces brillantes, la música fuerte, los disfraces o los espacios concurridos pueden resultar abrumadores y generar desregulación emocional o cansancio”, explica. A esto se añade el agotamiento general acumulado del año, que dificulta mantener la concentración, la motivación y la participación.

Frente a este escenario, la especialista enfatiza que anticipar, estructurar y simplificar la información es clave para acompañar adecuadamente a los estudiantes. “El uso de apoyos visuales como pictogramas, calendarios o agendas ayuda a organizar el día y anticipar los cambios. También es importante utilizar un lenguaje claro y concreto para explicar las actividades o ajustes”, recomienda.

Entre las estrategias que la académica sugiere destacan:
- Utilizar lenguaje simple y multimodal, combinando palabras, imágenes y gestos para facilitar la comprensión.
- Dar tiempo de respuesta, sin presionar por contestaciones inmediatas.
- Anticipar eventos y evaluaciones mediante calendarios visuales o pictogramas.
- Refuerzo positivo inmediato, reconociendo logros o avances para mantener la motivación.

Familia y profesores
En el caso de la familia, esta cumple un rol esencial de contención y continuidad. “El hogar es el espacio donde el estudiante se siente seguro. Por eso es importante mantener rutinas estables, anticipar los cambios y celebrar los logros, por pequeños que sean”, comenta la docente. También recomienda coordinar con el colegio los apoyos individualizados, promover momentos de descanso sensorial y validar las emociones que surgen durante este periodo.

En el caso de los docentes, se propone un enfoque flexible, empático y basado en fortalezas. “Comprender que cada estudiante aprende y se comunica de forma distinta es fundamental. Ajustar metas, incorporar intereses personales y permitir pausas o descansos sensoriales son estrategias que pueden marcar una gran diferencia”, recomienda. Además, sugiere mantener comunicación activa con el equipo multidisciplinario, reducir exigencias no esenciales cuando el cansancio es evidente y permitir el uso de elementos de autorregulación, como pelotas antiestrés, pop it o protectores auditivos.

“Resulta recomendable crear una hoja de ruta con las actividades restantes, anticipar el cambio de curso o profesor y mantener rutinas durante las vacaciones”, expresa la académica. También aconseja utilizar apoyos visuales para representar lo que viene y evitar la sobreestimulación durante actividades sociales o viajes.

“Más allá del rendimiento, el acompañamiento debe centrarse en sostener emocionalmente al estudiante y ofrecerles seguridad frente a los cambios. El bienestar emocional es la base para cualquier aprendizaje significativo”, concluye Camila Jorquera.

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