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Una lluvia de críticas desde todo el mundo es la que están recibiendo ciudadanos ingleses que no encontraron nada mejor para combatir a los indigentes que colocar pinchos de metal para que estos últimos no se acuesten fuera de sus propiedades.

Y la foto que encendió la polémica fue la que mostró la entrada del edificio de Southwark, en la ribera sur del Támesis, donde aparecen los famosos pinchos que impiden que alguien se recueste o decida sentarse en el lugar.

Luego, la imagen se viralizó en las redes sociales donde las críticas abundaron y se despliegan hasta ahora mismo por ser considerada una medida cruel hacia seres humanos, junto con no representar una solución al problema de fondo.

La polémica estaba instalada y había que esperar qué decían las autoridades respecto a este y a otros casos, lo que finalmente sucedió y vino de la mano de una seria crítica de personeros como el alcalde de Londres, quien hizo sus descargos en Twitter.

“Feos, contraproducentes y estúpidos. El responsable tiene que quitarlos cuanto antes”, escribió el alcalde… (…)  los pinchos no son la solución”, escribió en internet el edil Boris Johnson.

Asimismo, Johnson señaló que como comunidad se debe hacer más por los indigentes que reprimirlos con este tipo de medidas, que para él no ayudan a paliar el que cerca de 2.000 personas vivan en situación de calle en la ciudad que él dirige.