• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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Entraba a su curva final el torneo nacional del año 1972, la U llegaba a la fecha 29 como sucedería tantas veces, mirándole la espalda al cacique que a sus estrellas (Chamaco, Beyruth, Caszelly y Messen) sumaba a un arquero argentino grandote que venía de Vélez Sárfield, Miguel Angel Onzari.

A solo cinco fechas del término del torneo la U necesitaba achicar la diferencia ya grande de siete puntos (44 a 37) en tiempos que el triunfo premiaba con dos puntos y el empate, igual que hoy, con uno.

En la U ese año antes de la Copa Libertadores arremetieron fuerte un grupo de jugadores azules que buscaban su lugar en el primer equipo donde sus máximas figuras eran Juan Carlos “el Nene” Sarnari y el mendocino Jorge Américo Spedaletti, entre ellos estaban Héctor Pinto, Vladimir Bigorra y Jorge “lulo” Socías.

Todo ellos, ese verano despacharon con doble boleta en el Nacional (3-1 y 5-1) al Rosario Central de Angel Amadeo Labruna, donde destacaban glorias canallas como Carlos Daniel Aimar (hoy comentarista de Fox Argentina), Aldo Pedro Poy (el de la famosa palomita a Newell’s), Bóveda, Pascuttini y una dupla de zagueros que inspiraban miedo: los hermanos Daniel y Mario Killer.

Derrotas en las primeras salidas a Talca, Temuco, Antofagasta y ante los mismos albos en la primera rueda complicaron a los azules que esperaban volver al título que ya comenzaban a recordar aquel del ’69. Ni se imaginaban que tendrían que esperar otros trece campeonatos y años para volver a la locura del campeonato ganado en esa final de El Salvador en 1994.

Así que la U llegaba a esa fecha junto a Unión y los buenos equipos provincianos y sureños de entonces (Deportes Concepción y Green Cross de Temuco) intentando bajar al gran equipo del cacique y base de uno de los mejores equipos de su historia, el de 1973, para acercarse a la punta ya con la meta a la vista.

Un partido que los dos grandes equipos igualaban a cero hasta que una galopada de Jorge Spedaletti fue interrumpida con foul a unos 25 metros de la valla del semiblondo Onzari.

El zurdo Carlitos Arratia llegó con el balón para intentar la apertura de la cuenta para la U, mientras que el “Lulo” Socías se paró después a escasos metros detrás del balón. Su tiro firme y rasante al palo del arquero -luego de sacarle la barrera de taco Spedaletti- encontró una débil resistencia en Onzari, por lo que el balón viajo a las mallas no sin antes hacerle un túnel al arquero albo.

Minutos después, otro tiro libre cobrado por el juez Silvagno -árbitro de quien años después trascenderían sus preferencias albas- nuevamente fue Socías a pelearle el tiro ahora de mayor distancia a Arratia. Otra vez le sacaron el balón de la barrera para que su derechazo viajara, ahora empeinado al otro palo del arco sur del Nacional.

Irritación alba

No estaba mal ir ganando por dos goles, de pelota parada, al puntero y gran equipo albo, mientras la irritación crecía por el mal desempeño de una de sus grandes contrataciones de ese año. Fue ahí cuando vino la tercera y letal estocada: Socías fue a luchar un balón largo rechazado por Bigorra contra la banda izquierda, el que consiguió domar antes de enfrentar el banderín del corner. Su talentoso enganche y conducción diestra auguraban un buen término de la jugada. Antes de finalizarla, dejó muy bien sentado en el pasto a un hombre bravo como el “Loco” Páez, quien con aspavientos alertaba del peligro sin jugarse por la marca o el foul, ya dentro del área el “Lulo” siguió vendiendo su centro atrás para engañar nuevamente a Onzari y derrotarlo en su primer palo.

Este es el recuerdo de una noche imborrable para los hinchas azules que ya peinamos nuestras canas. El video acá.

Hartos años después, nuestro héroe de antaño hoy sigue vigente en su categoría con sus enganches y elegante trato del balón, también con expectativas de tener otro año a todo fútbol en el club Universitario Santa Mónica de la LIF.