• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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El presidente de una institución no está para salir a hacer declaraciones a cada rato. Esto por más que los medios deportivos chilenos, siempre con limitaciones noticiosas, estén ávidos de declaraciones -y ojalá fuertes- ante los micrófonos y libretitas de los periodistas o noteros.

Cuando el presidente sale a jugar fuera del área se nota, por más que tenga a su disposición un arsenal de bombillas mediáticas donde cabe hacer todo tipo de anuncios y promesas. El papel aguanta y después también sirve para envolver el pescado, o mejor aún, para las argollitas que encienden un buen y regado asado.

Carlos Heller desde su infancia ha sido un furibundo hincha de la U, fan de camarín y viajes adolescentes para proseguir con la pasión en paralelo a su trayectoria como hombre de negocios y heredero de uno de los principales holdings comerciales y agrícolas del país, forjado desde hace décadas. Después, con la primera emisión de acciones de la concesionaria de la U, tuvo cuotas importantes, pero limitadas de poder, y debió celebrar con algo de distancia las enormes victorias del grupo encabezado por el renombrado Federico Valdés.

El alejamiento del experto en concesionarias y el fracaso rotundo de José Yuraszeck en la presidencia de Azul Azul le dieron la posibilidad, con compra de capital accionario adicional, de poder controlar las decisiones azules.

¿El estadio de la U? Sólo algunas fotos digitales de maquetas y ningún alcalde de comunas modestas ofreciendo suelo para construir.

¿Campeonatos locales y alto protagonismo internacional? Gran escasez, mientras miramos con hambruna celebraciones albas y cruzadas, también agradecimientos al cacique por no dejarnos fuera de Sudamérica.

Sí un plantel estelar, pero de bajo rendimiento en cancha jugando con la otrora gloriosa camiseta de la U.

Entonces, ¿se maneja bien Carlos Heller como Presidente de la U?

¿Todo es responsabilidad de él o hay en su entorno “errores no forzados”?.

Seguramente la actual crisis comunicacional por el “impasse II”, ahora con Pepe Rojas, hará orillas tranquilas por un rato con los cuetazos, ponches y cumbias de año nuevo! Después, ya con el técnico y sus colaboradores, trabajando apurados para mostrar algo positivo en algún amistoso o en “la noche azul”.

Tal vez las tardes largas acerquen espacio para evaluar si mostrarse tanto es conveniente o no, mientras el verano aconseje cómo reforzarse de nuevo en términos de imagen y apuntar también a salvar la ropita, si la nueva campaña repite en mediocridad.

Hace mucho calor siempre a fin de año, especialmente en La Cisterna.