• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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Una semana soñada por cualquier equipo: estar disputando en sus etapas definitorias dos torneos importantes en forma simultánea, hoy en el primer partido frente a Boca y el domingo visitando en un Monumental vacío al cacique de Macul.

La U modelo 2012 llega entera a La Bombonera y superando contratiempos de esta semana como las lesiones de Pepe Rojas y Lorenzetti, también la cuota de suspenso y riesgo que significa jugar contra la reciedumbre de Roco y eliminar a Cobreloa del Apertura.

Foto: Raúl Bravo

Marcelo Díaz y el mediocampo de la U serán claves hoy ante Boca.

Qué gusto da escribir estas líneas, décadas atrás era un sueño imposible poder decir esto, sino que nos ilusionábamos con desgano y sin convicción alguna: “… cuándo un equipo chileno podrá entrar a ganar de visita…”. Entonces, y bajo variadas o rimbombantes conducciones técnicas o muy defensivas estrategias los equipos chilenos buscaban perder por poquito y salir de la cancha con algún decoroso empate sin goles.

En cambio hoy la fiesta azul, que ya se desplegó  progresivamente esta semana en los hoteles, restaurantes y bares del microcentro porteño, tiene un cenit previo a lo que pueda lograr la escuadra de Sampaoli en el viejo campo bostero: a mediodía habrá un banderazo de aliento para la U junto al mismísimo Obelisco. El fresco aire otoñal de la avenida Nueve de Julio con sus incontables carriles en ambos sentidos será testigo de lo que las hinchadas importantes de Sudamérica logran, hacerse  sentir allá en el Atlántico y nada menos que frente al equipo más popular de la Argentina.

También esperamos que más tarde, en la noche, el canto del chuncho perfore la cordillera para encontrarse en un abrazo estremecedor de alegría azul, que Angelo obligue al retiro de Schiavi, que Junior aproveche la menor proyección de su lateral para pasar y pasar por sus espaldas, que Marcelo y el Príncipe provoquen el fastidio de Román exponiéndolo desairado a reclamar e intentando manejar un partido donde sus volantes solamente persiguen a los de la U, los que en malón que les llevan la pelota y se van directo a quemarle el rancho al bostero.

Es muy duro jugar en contra de la U cuando no se tiene el control del juego, intentar armar y levantar la vista buscando habilitar y detenerse al advertir que las opciones de pase tienen cuatro marcas azules, girar ciento ochenta grados y encontrarse con más marcas de la U mientras recibo la mía y comienzo a perder –nuevamente- el balón.

La clave de hoy –sin errores o excluyendo genialidades- está en el control del mediocampo y en el hambre de gloria que tiene el equipo de la U, con un plantel bien parchadito y planchado nos las hemos arreglado para llegar donde estamos y aún vamos por más.

Después de un primer sueño con la Sudamericana matizado con un Apertura y Clausura estamos en pleno sueño por la Libertadores, por favor no nos despierten.