• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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La Universidad de Chile fue al estadio Mundialista Francisco Sánchez Rumoroso a intentar sobrellevar sus penas futbolísticas internacionales, buscando reencontrarse con el triunfo y recomponer el alicaído estado de ánimo que la acompaña desde la derrota del martes pasado frente a Chivas de Guadalajara.  Más aún, comenzar a buscar las variantes para el nuevo orden que le aguarda en este segundo semestre que ya suma dos fechas de torneo local, pero donde la U partió, como en la largada de los 100 metros, un segundo después.

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El estadio de la cuarta región históricamente ha sido inhóspito para la U.

Se tiene el dato y la curiosidad de tener que jugar de local a 458 kilómetros de donde habitualmente ejercía esa condición antes de este 2010, más viajero que nunca, y en la cancha donde juega de local el archirrival regional, Coquimbo Unido.

Su rival del sábado C.D. La Serena se acomodó al partido, jugó con más orden y convicción, dispuso de espacios para contragolpear al prestigiado rival en el segundo tiempo y anotó otra victoria en su paternidad con los azules, superioridad en la zona balnearia presente a lo menos en el primer lustro de los años setenta y en este último del nuevo siglo. ¿Por qué a la U le cuesta sacar buenos resultados en la región de Coquimbo frente a los papayeros?

En la década de los setenta hay que buscar bien adentro, hasta 1976 para encontrar el primer y claro triunfo de visita de la U (4-0) en La Portada, año en que los granates sufrieron su segundo descenso, cediendo entonces el liderazgo futbolístico de la región al bisoño Deportes Ovalle, después de llegar espectacularmente a la Primera División en 1958 finalizando ese año en el tercer lugar para descender al año siguiente. En el presente lustro, las vegas aledañas al Elqui se han puesto nuevamente esquivas para el goce azul, con una excepción en enero de este año con un 4-2 en La Portada, pues el anterior y estrecho triunfo se remonta al año 2005.

Las noticias traen la llegada de otro uruguayo, Carlos Bueno, un delantero menos enfocado en el cabezazo que Olivera, pero con un repertorio técnico mucho más variado y muy encarador en la búsqueda del gol; las gestiones por viabilizar económicamente la incorporación del “Mago” Jiménez cuyo pase ha recuperado recientemente el club Ternana por vía administrativa en la Liga Italiana.

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Pelusso está rearmando la estrategia y el equipo azul.

También están los rumores sobre el polémico arribo del conocido Giovanni Hernández; mientras lo que se aprecia en la cancha no es precisamente un fluido nuevo orden futbolístico, con oportunidades a algunos jugadores suplentes que no se aprovechan a cabalidad (Abarca) y rendimientos que explican la semana de derrotas. Entonces, y mientras se produce la llegada de los reemplazos y su ambientación al equipo azul, el equipo deberá aprender a jugar ofensivamente sin dos de sus principales referentes: Puch tiene un juego completamente distinto al de Montillo y algo similar ocurre con Rivarola en función de delantero en punta (Olivera), quien busca juego desde atrás y por abajo.

Sin el aporte de los jugadores transferidos o ausentes, a los que se espera que se sumen las partidas de Victorino y Pinto, la U necesita con urgencias volver a encontrar el rumbo y orden en su juego, el cupo en la Copa Sudamericana no está asegurado y Deportes Iquique lleno de fervor intentará hacerse de él por medios futbolísticos que en el chuncho en estos momentos, con excepciones, escasean: actitud y velocidad especialmente en la zona de definición, zona donde le está costando llegar con claridad.

El Torneo Nacional es otra incógnita, donde, para consolidar lo avanzado, debe alcanzar a lo menos un cupo en la Copa Libertadores 2011, algo que en estos momentos no se puede asegurar.