• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
• |
• Ver más de la-u

En buena hora volvió a hablar fuerte Johnny Herrera. A un mes del debut en las clasificatorias para Rusia 2018 frente a Brasil, señaló en una entrevista que él era el arquero chileno con más logros en la historia de nuestro fútbol. Esta vez, por la lesión de Claudio Bravo, tiene la posibilidad de ser titular frente a los pentacampeones del mundo y ratificar en la cancha sus dichos. Desde hace muchos años que Chile no tiene un arquero que con un rendimiento excluyente haga ganar partidos importantes, la U sí lo tuvo, pero solo lo apreciaron los que siguen y toleran ver al chuncho despojándose de sus colores, o de las rigideces que los obnubilan.

Si bien Herrera el 2006 jugó en Brasil, su paso por el poderoso Corinthians paulista no tuvo trascendencia y con demasiada pasión figura entre llamativos fracasos con la casaca del Timao, esto con la necesaria dosis de exageración más abundante en la tierra del samba que en nuestra angosta faja.

En cambio en nuestras canchas Johnny tiene diez campeonatos entre torneos oficiales (8) y Copa Chile (2), además de la U salió campeón con Everton de Viña del Mar, arrebatándole la marraqueta crujiente de la boca a los albos. Como se ve, no todo es Copa Gato…

Además de su brillantísima Copa Sudamericana 2011, donde recibió solo dos goles en doce partidos!, estuvo en el bronce de Sydney 2000 y en la Copa América 2015. Una buena cantidad de lauros concretos!, ninguno de segunda división o teniendo de compañero a un Messi o en abundancia figuras de ese nivel, algo que facilita mucho las cosas.

Pero más allá de esta semblanza está el temple interior del que está hecho Herrera: diseñado para acallar a quienes lo odian, pues los archirrivales de la U así lo sienten. Y es el fútbol el que nos divide o bien nos une, como lo hará en octubre cuando nos toque recibir a un scratch algo molesto por saludar a los nuevos campeones de América, baste recordar la frase de Diego en el Nacional: “al scratch se le respeta..”.

Entonces desde la pasional roja, mezclada con quienes gustan de embriagarse cambiando de camiseta poniéndose la de turno, y de confirmarse la lesión del arquero titular, surgirán nuevamente los insultos ahora bien entonados con el aliento que se le prodiga aún hasta a los más discutidos socios-jugadores del clan de Macul.

A Herrera, hoy maduro futbolísticamente, le falta hacer lo que hizo el “cóndor” Rojas en Lima o en Córdoba el ’87, ganar él solo un partido para Chile. Las condiciones, garra y templanza para jugársela en solitario desde el arco las tiene, aun cuando los goles recibidos contra los guaraníes nos dejen dudas sobre su rendimiento, pero subrayando también la actuación de sus compañeros de zaga.

Sampaoli decidirá quién jugará frente a Brasil, tal vez la historia del arco chileno esté a punto de comenzar a cambiar…