• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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El presidente de la concesionaria alba, Gabriel Ruiz-Tagle, destacado dirigente y accionista del cacique, hizo unas llamativas declaraciones reclamándoles a los representantes de su símil Azul Azul haber faltado a la ética futbolística criolla, denominada comúnmente como “fair play”, el que no va mucho más allá de saludarse de mano, abrazo y beso en el círculo central o, además, de entregar el balón al rival bien lejos cuando el árbitro interrumpe el juego.

Todo esto a raíz de los serios incidentes ocurridos en el último clásico criollo donde los albos en su cancha apenas si brindan garantías al rival y el puñado de fanáticos que, con mucha gallardía, acuden a Pedreros a alentar a la U.

La causa de este hilarante comentario: el aportar antecedentes adicionales en la instancia de apelación del cacique a las sanciones aplicadas en frío y fundadas en extenso fallo por la instancia competente de la ANFP. Acción punitiva que las autoridades siguen con atención para apreciar si el ente rector del fútbol hace gala de su autoregulación o bien se trata de, simplemente, un descampado antideportivo.

“Quiero referirme a la concurrencia de Universidad de Chile a alegar durante la apelación nuestra. Un hecho vergonozo e inaceptable”, dijo Ruiz Tagle.

Y agregó respecto de la U: “Ellos fueron a buscar un incremento de la pena. Esto solo tenía como objetivo buscar ventajas deportivas, no en la cancha, si no por secretaria, faltando al fair play entre los equipos”.

La defensa del Estadio David Arellano admite todo tipo de planteamientos, pese a que se trata del mismo lugar donde se facilitan “banderazos” previos que deben dejar bien ubicados y resguardados los fuegos artificiales y bengalas que decoran las consabidas presiones albas para ganar como sea el “clásico” del fútbol chileno.

Afortunadamente no se han lamentado consecuencias fatales dentro del recinto, pero la presencia y lanzamiento de bengalas y explosivos pueden hacer perder este invicto en cualquier clásico. Cabe recordar la muerte del un hincha de Racing Club en pleno partido frente a Boca Juniors cuando una bengala disparada desde la hinchada xeneize cruzó toda la cancha para detenerse en el pecho del hincha y causarle la muerte.

Curiosamente el planteamiento viene de quien hace vista gorda con una larga lista de excesos albos, donde destaca, vulnerando además las normas de la competencia, el obligar -a los azules y a todo equipo que llegue con ánimos ganadores al Monumental- a calentar en un espacio bastante reducido y a plena vista de la barra del cacique, para que reciban, además de las pullas e insultos, todo tipo de líquidos, entre ellos, escupitajos de la parcialidad.

Algo que parece dar bastante resultado atendida la interminable sequía azul en el cuestionado estadio ubicado a Departamental y Vicuña Mackenna, contagiando de paso a la terna arbitral, quienes groseramente buscan “sacar adelante” el partido sin atreverse a mostrar tarjeta roja a la violencia que se traslada impunemente a la cancha.

Quedará en el anecdotario el reclamo de Gabriel Ruiz-Tagle por justicia deportiva y recibir “fair play” de sus adversarios.