• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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Sería muy bueno conocer el contrato que tiene firmado Figueroa con Azul Azul, así dejaríamos de suponer cosas que se desconocen, como las mentadas cláusulas de revisión que tendría el fantasma al finalizar el presente torneo.

Pero, ¿con quién debe revisar su continuidad el actual técnico de la U?, con Yuraszeck?, con Heller?, con Conca?, con el Gerente General?, o con algún mandatado del actual Directorio?

Lo más concreto que, pese a todo lo pobre del desempeño y pirotecnia verbal de Figueroa, están dadas las condiciones para que el “fantasma” continúe a cargo de la plantilla azul al menos hasta abril o junio de 2014, fechas en que asumirá el nuevo Directorio azul y la del término efectivo de su contrato.

La única posibilidad de que Figueroa deje la U es que reciba alguna suculenta oferta de algún mercado futbolístico más potente; por ejemplo desde México, país que dejó el año 2007, para “llegar a este país” según se ha explayado en conferencia de prensa donde periódicamente lanza sus banderillas el técnico sanfelipeño.

Dejando de lado el curioso concepto que tiene el técnico azul sobre la nacionalidad tenemos la serie de metas, nacionales e internacionales, no cumplidas por el “fantasma” Figueroa que tienen a la U hoy a la espera de un resultado favorable en Antofagasta este domingo para, teóricamente, conocer el primer rival de la postemporada que entrega el último boleto a la Libertadores 2014.

Esta probabilidad conjunta de obtener resultados favorables en cinco partidos para acceder a torneos internacionales el próximo año debe tener un claro mecanismo de ajuste en el presupuesto 2014 de la U. No se espera que, además de las falencias económicas que gatillaron el reciente movimiento accionario, a la directiva entrante se le entregue un presupuesto que no tenga un financiamiento viable.

En materia de decisiones una de las opciones es “no hacer nada” y dejar todo como está, para que sean los nuevos patrones quienes lleguen a tomar medidas, las necesarias para responder a los votos políticos azules proclamados por Carlos Heller:

1) el estadio,

2) ser el próximo equipo chileno que gane la Libertadores y,

3) obviamente, ganar las competencias nacionales.

Como en verano, un suave corte de pelo siempre viene bien y refresca, un recorte a la excesiva plantilla con alguna promoción de juveniles al primer equipo quedarán al mando del “fantasma”, cuyo verbo ha llegado a seducir a algunas figuras estelares de la U, como Johnny Herrera.

Otros partirán por mejores expectativas o contratos que a veces no se concretan como es el caso de Guillermo Marino, pero quién organizará el asado de despedida puede ser insólitamente el “fantasma” Marco Antonio Figueroa, quien al llegar prometió todo, incluso retirarse como un caballero si no lograba títulos con la U.

Hasta ahora la U con Figueroa no consigue títulos, solamente titulares periodísticos.