• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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Se rompieron algunos platos ayer después de la ajustada derrota de la U ante Unión española en el estreno del torneo 2018.

La U sigue su mala racha ya de cuatro derrotas consecutivas, sin considerar además que ante este mal clima en pleno verano se decidió suspender un amistoso frente a Palestino. Pasaron Deportes La Serena, Audax y la visita a Lima sin grandes novedades en la solidez del juego, siendo el “León”accesible para cualquier equipo luchador y con desequilibrio ofensivo.

Ayer después de caer nuevamente, con un Nacional colmado de hinchas azules, el chuncho nuevamente buscó el vestuario con la cabeza abajo y con el sabor amargo de otra derrota, esta vez en el estreno oficial de la temporada.

Si bien el tema de la actitud en la cancha podría haber sido destacado por algunos pasajes y jugadores, algunos de ellos a quienes se les ve “en otra” y sin la energía y actitud características de la U por décadas de su historia, la vergüenza deportiva de David Pizarro decía otra cosa: con su cabeza rota y sangrando profusamente, prefería poner en juego el balón antes de recibir asistencia médica: Que ejemplo para el ejército de simuladores que hay que ver cada semana y no solo en las canchas chilenas.

Después de la derrota vino el despacho sincero sobre el tema “garra” de Mauricio Pinilla, a quién se vió retroceder cuarenta metros corriendo para intentar recuperar el balón. Mientras algunos de sus compañeros caminaron la cancha sin el balón o son absolutamente intrascendentes luego de muchos partidos y ya con el fin del contrato que se acerca.

Tema para la interna de la U, que seguramente no verá demasiada luz en la sala de prensa del CDA donde se estila hablar en genérico y sin armar lío, con la excepción de las vísperas de los clásicos.

La U no camina, aún no parte y no convence mientras al técnico Ángel Guillermo Hoyos se le comienza a terminar aceleradamente el abundante crédito del que gozaba hasta hace poco tiempo atrás.