• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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La U es un flan a pleno sol y tiene además elementos de olla a presión, en temporada de búsqueda no sólo de un técnico nuevo, sino que también de equilibrar prontamente las finanzas, suma ahora los bocadillos para la prensa que ofreció el mandamás azul con sus críticas al golero aludiendo a su protagonismo en medios. A nadie le gustan los “cabrones”, y menos cuando las campañas malas suman y siguen sin freno.

El arquero, cuyos reflejos y autoexhibición en Instagram están mejores que los que viene ofreciendo estas últimas temporadas, no se guarda mucho y sale disparando contundentes contenidos electrónicos, negando las cualidades de liderazgo de potrero futbolístico que, con bastante lógica, se le atribuyen; y que dan cuenta del grado de colaboración en la cancha y en el camarín hacia sus ex técnicos.

A Herrera hay que aguantarlo y bien por todo lo que le dio a la U y lo que ataja aún, a pesar que su rendimiento sale lentamente de la meseta y tiene curva descendente.

Por otro lado, el presidente azul tiene sus propios problemas, como manejar las juntas ordinarias de accionistas, pues sus fracasos –según términos propios- tienen consecuencias financieras fácilmente perceptibles para los tenedores de las acciones de Azul Azul, pues el romanticismo no tolera suscribir (pagar) los aumentos de capital o aceptar que los títulos tengan un menor valor nominal y, además, bursátil.

Se escuchó que el golero, a quién en una polémica anterior se le extendió su contrato por doce meses adicionales a los que le restaban de contrato y no por al menos dos años como solicitaba, partiría al fútbol ecuatoriano a reencantar su imagen internacional, después de su olvidable paso en la década pasada por el Corinthians paulista.

Puede ser una puesta en escena necesaria para desencadenar el final del segundo paso de Johnny Herrera por la U.

Pero a la luz de esta feroz disputa entre Herrera y Heller, ¿quién sale mejor evaluado a los ojos del hincha?