• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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Mediados de junio es época de exámenes y cierre de semestre. En el futbol chileno son tiempos de retorno de vacaciones, partidas, incorporaciones y de regresar al trabajo de pretemporada. El templado clima de las costas coquimbanas acompaña a la U, en una intertemporada con rostro de pretemporada para las huestes que dirige Darío Franco.

Claro, ahora está reducida la excusa o justificación por quienes están ausentes de la disciplina azul: los convocados a la Sub-20 en Antalya, en la Turquía mediterránea (Lichnovsky, Huerta, Martínez y Maturana). Como es ya habitual, la U es el club que mayor número de convocados a otra selección chilena, al menos esta convocatoria restó solamente un dígito de jugadores al trabajo de la U.

La U ha mantenido un bajo perfil después de rematar quinto en el pasado Torneo de Transición. Desde Serena se ha oído nuevamente al Presidente de Azul Azul remarcar al técnico azul, como padre ya agobiado por el rendimiento azul, que “están dadas las condiciones” para alcanzar los objetivos reiterados. Ganar todo en lo que se participe esta segunda temporada de 2013: Torneo Nacional, Copa Sudamericana, Copa Chile y nuestra debutante Supercopa chilena.

En esta oportunidad no está el problema de atender hasta con una decena de jugadores a la selección chilena adulta y también sin poder disponer del grupo que hace la fuerza en la Sub-20, ahora los tiene a casi todos.

A las partidas de Marino –a quién por su buen juego y categoría de jugador se le extrañará-, Velásquez y el golero Alfaro, se anuncian con escasa pompa la llegada del paraguayo Rodrigo Rojas desde O’Higgins, un semidesconocido Marcelo Jorquera desde Ñublense y probablemente a Felipe Gallegos luego de un poco trascendente paso por el Unión Berlín, club que participa de la  2 Bundesliga (7°).

A ellos se suma el interés por el retorno de Rodrigo Tello (34), si la U logra acercarse a las cifras que aún podría ganar en Europa el ex seleccionado del Colegio Don Orione, la posibilidad de fichar a un central de la primera división del depreciado fútbol argentino como es el caso del arequero y velezano Juan Ignacio Sills o alguna sorpresa o tapado de ajustado presupuesto como nos tiene ya acostumbrados la administración de Azul Azul.

¿Se imaginan Uds. la llegada a la U de Azul Azul de jugadores de la talla y el cartel del bambino Veira, Carlos Daniel Tapia, Rogelio Delgado, Leo Rodríguez o el cuqui Silvani?, todos entonces grandísimos jugadores en momentos aún estelares de sus carreras.

La verdad es que no es demasiado responsable hacer una arenga de este tipo pero la U necesita de ese golpe futbolístico que estremezca a un equipo que lucha sin brillo en la cancha. De la gente que hizo grandes estos tiempos en la U quedan solamente aquellos que aún no lograron partir o que están muy contractualmente cómodos en el chuncho.

Por ahora hay que conformarse con la llegada del cansino paraguayo Rojas, la probabilidad del vuelito restante de la extensa trayectoria europea de Tello y alguna sorpresilla.

La dirigencia azul apuntala la plantilla con nombres que no compliquen el presupuesto y que continúen ayudando al técnico de la U a subir el rendimiento de la U, desplomado el semestre pasado luego de ganar la final de la Copa Chile y acceder a la Copa Sudamericana.

Los riesgos son evidentes, la mano de Franco no garantiza mucho o para otros –entre los que me incluyo- casi nada, el rendimiento del plantel se sostiene en lo que empujen Herrera desde el arco, Rojas rocky González en la zaga, y Mena, Aránguiz y Lorenzetti en la creación azul.

La U puede repetir este semestre:

a)    lo alcanzado en el ámbito internacional, que fue quedarse sin clasificar en la fase de grupos, zona desde donde salieron dos semifinalistas este año;

b)    el discreto rendimiento del torneo nacional (5°),

c)    alcanzar algún logro menor que salve decorosamente el período como lo fue ganar la Copa Chile, que ahora puede ser la Supercopa chilena.