• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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La U se trajo una valiosa victoria como visitante que la deja con la primera opción de avanzar a la finalísima de este primer torneo nacional 2011. Ayer en El Teniente jugó un muy buen partido, desarrollando el juego que necesitaba para derrotar a un peligroso O’Higgins.

Como ya se hace hábito, la U salió desde el primer minuto a ganar el partido: a los dos minutos ya había acercado el balón dos veces a la portería de Marín y continuó atacando con gran actitud sobre la zaga celeste impidiendo de este modo que los rancagüinos desarrollaran su mejor juego provocando además que tuviesen que recorrer muchos metros para acercarse al área azul, algo complicado especialmente para Lucho Núñez, el conductor celeste.

El chuncho atacó reiteradamente y pudo sostener el vertiginoso ritmo mirando siempre la tribuna Rengo hasta la mitad del primer tiempo, lanzando sucesivos ataques con la posesión del balón aprovechando los dificultosos intentos del rival para progresar en el campo frente a la cercana marca de los volantes y defensas azules.

Foto: José Alvújar, El Mercurio

Rivarola, una vez más, fue el héroe de la jornada de la U.

Fruto de este intenso ritmo de juego, la U dispuso de a lo menos dos claras ocasiones de abrir la cuenta: Eduardo Vargas no pudo con sus ganas de marcar metiendo un violento derechazo que buscó el rebote en el grandote Marín cuando el tiempo y el espacio con la mente fría aconsejaba un letal tiro bajo que junto a un palo buscara las mallas.

Pocos minutos después, un centro desde la izquierda permitió a Canales cabecear sin marca desviando y sin demasiada fuerza el balón en su intento de cambiarle el palo con su testazo frente a Marín, quién achicó bien sobre su primer vertical. Otras claras ocasiones fueron atendidas de emergencia por la zaga celeste ensuciando el reiterado control de Canales e impidiendo remates francos a la portería que da las espaldas al Cachapoal.

Hasta que sobrevino un hecho clave: un tackle deslizante con los tapones al aire del limache González –veterano jugador quien ya había recibido tarjeta amarilla y venía marcando goles celebrando con bailes ochenteros- producto de una pelota por él perdida que provoca su estirón y la llegada tarde sobre el balón pero antes sobre Vargas quien se lo birlaba. Era la segunda amarilla, pero Puga intentó corregir mostrando roja directa, pues la plancha del limachino llegó a destino azul.

Se iba de todos modos dejando al local en inferioridad numérica. Para los que lo ignoran y comentan gratis: el roce y contacto con la suela detrás de la canillera provocan mucho dolor que se calma con anestésico.

Sorprendentemente,  O’Higgins en inferioridad numérica apareció sobre el área azul. Lucho Núñez sacó la tercera marcha y comenzó a rondar el peligro sobre la portería de Johnny Herrera. Un gol anulado por posición adelantada y un violento remate que el angolino sacó sobre el travesaño, ambos de Lorca, retratan la levantada celeste.

En el segundo tiempo inmediatamente ingresado al campo Diego Rivarola coronó una sinfonía de toques de Puch, Canales y Eduardo Vargas para atacar con un derechazo de primera y sin marca el balón que buscó el segundo palo de Marín enmudeciendo y congelando los ánimos de los adictos celestes quienes más allá de su pasión por el capo en su fuero interno recordarán haber estado presentes y la belleza futbolística de este golazo.

Otra de Gokú

La experiencia y sapiencia del interminable Gokú –que nos emociona en el importante tramo final de su carrera- lo ayuda a definir de primera superando a la tentación por ensuelar las jugadas de Canales. Esa diferencia en descartar el control del balón para definir de primera nos dio la victoria y la primera opción de llegar a la final.

Falta todavía, el paso definitivo es este sábado en el Nacional, instancia donde la alianza Braden-Comercio-Instituto O’Higgins nos ha provocado grandes disgustos con sus visitas a la capital. Un match en que debe evitar atacar a ciegas, defender bien con el balón y mostrar equilibrio de finalista.