• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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Debo iniciar este artículo con la premisa que esta columna busca –entre otras cosas- aportar en el análisis del entorno futbolístico que rodea a la U y hoy en sus campañas de este primer semestre del 2012 donde juega dos torneos en forma simultánea.

Uno nacional, el Apertura, donde marcha primero; y otro internacional, la Copa Libertadores, que se viene disputando desde fines de enero y del que la próxima semana se habrán despedido treinta y cuatro equipos, los mejores de los once países participantes y donde la U mantiene intactas sus opciones de llegar a semifinales.

También hay que decir que la U llegó a disputar el tradicional torneo continental evidentemente disminuida luego de las partidas de Vargas a Italia, Canales a China, Marcos González a Brasil, el retiro del fútbol de Rivarola y la apresurada partida de Gabriel Vargas a la U penquista. Por contrapartida, de las contrataciones solamente Junior y Ruidíaz han estado a la altura de los requerimientos y ha sufrido la interminable lesión de la principal contratación de la temporada: Eduardo Morante.

Foto: EFE

Lorenzetti celebra el gol del empate de la U frente a Libertad.

Es cierto que lo que he citado son solamente datos de la causa y que a la U hay que evaluarla en la opinión por lo que presenta y no por lo que le falta; sigue remando con los remos disponibles, el problema de plantel también le ha permitido que aparezcan y con rendimiento los nuevos proyectos azules: Henríquez, Lichnovsky y Martinez, en especial el caso de Angelo. Tres jugadorazos de tan solo dieciocho años.

Yendo al partido con Libertad y los comentarios que recibió el juego de la U nos llevamos algunas sorpresas. Dentro de ellas lo más sensato fue lo señalado por Carcuro en Agricultura en el entretiempo destacando el buen juego de la U pese a la desventaja y que ya le había tomado el pulso al rival, en el mismo medio se escucha entusiasmado a Millas opinar sobre esta U y parece haber encontrado su escalera portátil con su gran olfato empresarial de cara a instancias definitorias.

Lo extraño comienza a hacerse oír en este caso con Prieto en Cooperativa al opinar a los 62’ que “por fin la U ha comenzado a jugar bien” en circunstancias que sí lo hizo –y por amplios pasajes pero sin llegar al gol- en el primer tiempo después de unos minutos iniciales descompensados y con evidentes flancos donde recibió el gol guaraní (7’).

La U en el primer tiempo jugó caminando en la cornisa, abierta y parada en campo rival, con el dominio del balón y jugando al pie buscando el empate en la cancha de los repolleros. Jugadón desde su propia área por la izquierda, con trazos largos y abriendo la cancha en lucidísima jugada finalizada por Lorenzetti quién puso el balón en la cabeza de Henríquez, adelantando a sus dos marcadores cabecea al gol: un milagroso rebote en el portero Muñoz evitó el muy merecido empate parcial que llegaría con el tiro de Lorenzetti (55’) en el segundo tiempo.

Más tarde Villalta en Agricultura criticaba un deslavado partido de la U y el cierre de Sampaoli quien metió a Magalhaes para ayudar a González por la derecha con los desbordes de Civelli: Osvaldo jugaba con tarjeta amarilla producto de uno de los reiterados desmayos guaraníes cerca del área de la U. Recordemos que el importante rival y local también juega (!) y más aún frente a su público obligando a la U a retroceder unos metros y evitar inmolarse como en Quito.

En las noticias Guarello criticó el partido de la U tildándolo de “feo”: no fue un gran partido del chuncho pero sí fue un buen encuentro y mejor trabajado trayéndose un valioso empate desde Asunción.

Pero, del mal y tendencioso arbitraje de Ubriaco: ni una sola palabra. Implacable con otra torpeza de Hernández, llenó de inexplicables cobros las simulaciones cerca del área de la U, miró para otro lado en agresiones de puño, codo y rodilla guaraníes, todas con balón y solamente cobró foul en una patada de tarjeta roja sobre Matías Rodríguez.

Cuando se necesita se nominan a árbitros discretos como en Boca-Zamora en la Bombonera o en el Dr. Leoz por cuartos de final.