• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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Con el alma en el cuerpo, después del 5-0 del martes en el Nacional, ya se puede encender la ilusión en dejar atrás la larga noche que acompañó la partida de Franco y la llegada del fantasma Figueroa.

No obstante mi crítica a la calidad y planteamiento del equipo boliviano, la U logró encender los ánimos y entregar una noche de recuerdo a los helados hinchas que la acompañaron en pleno invierno santiaguino.

Ahora, por la convocatoria de la selección chilena a un amistoso, el chuncho deberá jugar frente a los bravos de José Cantillana la noche de viernes. Un muy buen panorama para el hincha azul, recorrer el viejo y conocido camino hasta Santa Laura a seguir a la U, disfrutar del viejo barrio y sentir los gritos aleonados desde el interior de las numerosas picadas que hay en sus calles aledañas.

Los equipos de Cantillana reflejan en parte lo que era como jugador, un zaguero central que jugaba al límite y que era realmente fiero en la zona defensiva del Deportes Iquique, en los tiempos del loco Erlich en la portería nortina. Orden, mucha lucha en todo el campo, agresividad y oportunismo para atacar con espacios parece ser la receta que aplicará para intentar frenar al chuncho, el que llegará orgulloso luego de conquistar cinco dianas esta semana.

A diferencia del rival boliviano, Cobresal no vendrá con un planteamiento defensivo y sí cruzará la mitad de cancha e intentará conquistar el área de la U.

En un par de semanas la U recibirá al Cobreloa ecuatoriano, Independiente del Valle, un equipo relativamente antiguo, fundado en 1955, pero que desde su ascenso a la primera división del guayas el 2010 está marcando protagonismo en la competencia local y participando en competencias sudamericanas.

Independiente del Valle o Independiente José Terán, cuya indumentaria recuerda a nuestro Huachipato, primero nos visitará para luego definir la serie como local.

Aún no está publicada la fecha y estadio del partido de vuelta en Ecuador, es posible que repita su localía en el pequeño estadio Municipal General Rumiñahi en Sangolquí o Salgolqui, a sólo 10 kilómetros de Quito y en sus temidos 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar.

Independiente no parece un rival tan accesible como lo fue el Real Potosí, de hecho derrotó merecidamente como visitante por dos goles al Deportivo Anzoátegui en Puerto La Cruz. Un equipo joven que aprovechó muy bien los espacios, tuvo once llegadas, cuatro más que el local, y que ganó bien pese al penal atajado sobre el final por el portero paraguayo Azcona.

Un equipo también interesante comercialmente de ver para los dirigentes de la U, jugadores ecuatorianos jóvenes que pueden ser del interés de los dirigentes de Azul Azul siempre ávidos de contrataciones.

Interesante sería conocer las atenciones que la dirigencia azul brindará al arquitecto Michel Deller, principal accionista de centros comerciales en Quito y Guayaquil (Quicentro y San Luis) y presidente del Independiente José Terán desde 2007.

Azules y rayados tienen en común el asentarse con mucha fuerza en el fútbol formativo antes que invertir en construir estadios.

Así como la U tiene su CDA en La Cisterna, Deller tiene en su localía un complejo de 20 hectáreas para el desarrollo de los jóvenes futbolistas que integrarán sus planteles.