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Las gambetas azules de Adolfo Olivares, el recordado “Cuchi Cuchi” de la U

Un delantero punzante, encarador, de fútbol colectivo y alegre, representativo de la U de los años del "Ballet Azul".

El romántico fútbol chileno de los años sesenta nos trajo desde la costa a un delantero diestro, hábil, encarador y de enormes condiciones para el medio local. Tal es así que después de debutar en Everton el ’61 y pasar las temporadas 62′ y 63′ en el viejo Ferrobádminton llego a un equipo estelar de la competencia criolla, la U de 1964.

No le fué nada de fácil el incorporarse al recordado “Ballet Azul“, pues llegaba a completar plantel donde brillaban en la ofensiva Pedro Araya -uno de los mejores punteros derechos de la historia del fútbol chileno-, Carlos Campos -sinónimo de gol absoluto en esa década-, Leonel Sánchez -quién aún en estos días no necesita presentación- y a la constelación de estrellas del ataque se sumaban los volantes ofensivos Rubén Marcos, y los argentinos Ernesto “la vieja” Álvarez y Óscar “el muñeco” Coll, quien terminaría su muy extensa carrera en la U.

Adolfo-Olivares

Así que a Cuchi Cuchi, -apodo que lo acompañaría hasta hoy y que tendría su origen en el extinto teatro de las tres “B” de calle Huérfanos- no le quedó  otra cosa que luchar por su oportunidad nada menos que en el “Ballet Azul”, denominación popular en países del pacífico por esos años.

Ese año, 1964, jugó sólo 5 partidos y anotó un gol en la última fecha en el Municipal de San Felipe, en el día de su cumpleaños, el 20 de diciembre. Ese año, del quinto campeonato azul, cuando las victorias daban dos puntos, la U le sacó nueve puntos de ventaja a los escoltas cruzados.

El año siguiente -y pese a la llegada del delantero argentino Juan Carlos Olienak- ya pudo irse integrando mejor en el equipo nuevamente campeón y anotar más seguido, aportando con siete goles en nueve partidos por la U, en el torneo local. En 1966, su último año en la U, anotó 4 goles en 12 partidos.

No obstante concluyó su paso por la U, con los años siguió identificado con los azules, con el “Ballet”.

Su carrera prosiguió con otro trienio en Santiago Morning por una mejor posibilidad de mostrarse. Después, una larga lista de clubes que conocieron de su fútbol y goles: Audax  Italiano, Magallanes, Alianza de El Salvador, nuevamente campeón en otro trienio ahora con el The Strongest paceño,  Aurora de Cochabamba, Huachipato y Unión San Felipe. También fue seleccionado chileno con siete goles en quince partidos.

Un futbolista de raza que siguió después mostrando su velocidad, técnica, cabezazo y gol en ligas amateurs, donde pude verlo al menos en dos de ellas: la Liga La Reina de Huechuraba y la Liga Independiente de Fútbol, siempre atacando y conduciendo hacia la portería rival con su juego alegre y vistoso.

Ahora que la vida le sigue poniendo obstáculos que él intenta eludir con sus fintas, recordamos con esta semblanza su contribución al fútbol chileno, profesional y amateur, especialmente en este último donde siguió jugando en un muy buen nivel por décadas y hasta que su salud se lo permitió hace apenas algunos años.

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