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Los refuerzos de la “U” para enfrentar un difícil segundo semestre

Las expectativas con Bueno y Marino son altas, en especial luego del desempeño en la Libertadores y los rendimientos alcanzados por Montillo y Olivera.

La rápida llegada de Carlos Éber Bueno y de Guillermo Andrés Marino, al ahora remozado plantel azul, cumple con la expectativa de reponer dentro de similares niveles de rendimiento, las transferencias de Juan Manuel Olivera y Walter Montillo a satisfacción de sus nuevas condiciones contractuales y del patrimonio rentabilizado que dejan en la U.

Universidad de Chile

Foto: Cristián Carvallo, El Mercurio

Bueno tendrá la misión de reemplazar a Olivera.

Bueno, artigüense, ¡30 años! y apresurada compra de pase definitivo de importante costo (en alrededor de US$1.100.000 según datos no confirmados), debe repetir su término de temporada en la Real Sociedad de la segunda división española en la pasada temporada 2009-2010 y ojalá evitar convertirse en flanco de dudas y pernil para la farandulera prensa deportiva, la que puede llegar a excesos de seguimiento en este caso debido a sus antecedentes, origen en potrero semibrasilero y campañas previas.

Marino, surgentino, 29 años, un buen y dinámico volante de rápido manejo del balón, reserva de Juan Román Riquelme que tuvo la posibilidad de jugar en varios partidos como cuasi titular en Boca Juniors la temporada pasada, que recuperado de su lesión Román y finalizada la telenovela de la renovación del importante contrato, debe buscar a estas alturas de su carrera mejores opciones para jugar y culminar con éxito los años de carrera que le restan, alegrías que puede lograr con la U y acrecentar su palmarés interrumpido desde 2006.

En el ámbito futbolístico cuando se habla de patrimonio la referencia es hacia un elemento a defender, como en el caso de la dirigencia de Cobreloa actuando, con atraso, pena y autoritarismo, velando por sus intereses en relación a nuestra inscripción de Francisco “tobi” Castro (talagantino, 20 años), antes del cierre del libro de pases en la ANFP muy próximo a concluir.

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Foto: Cristián Carvallo, El Mercurio

Marino fue contratado para ser el nuevo conductor azul luego de la partida de Montillo.

También se habla en abstracto cuando comenta de los jugadores que como plantel forman parte del “patrimonio del club” cuando los derechos federativos de ellos son propiedad de cada institución; pero no muy frecuentemente acerca de este concepto como algo de carácter dinámico cuya variación es una de las partidas que, con mayor cuidado e interés, se analizan en las Sociedades Anónimas y, específicamente, en los Directorios de las empresas concesionarias.

Todo para evaluar la gestión desarrollada por la administración encomendada durante un período y que es lo que el hincha conoce como las ganancias que percibe el club, es decir, y claramente, las ganancias que reciben exclusivamente los propietarios de estas empresas, los accionistas.

Este primer semestre la sociedad concesionaria Azul Azul S. A., ya se sabe, transfirió definitivamente a los jugadores Estrada, Montillo y Olivera percibiendo importantes beneficios económicos.

Ahora es el turno de reponer la capacidad operativa de continuar generando resultados y recursos para la misma sociedad y hacia sus dueños más que por interés hacia los hinchas, todo con criterios empresariales, algo que debiesen imitar en Calama y que así no se les escape este Pancho Castro, quien comienza a soñar en azul y convertirse en ídolo nacional de una gran hinchada si Cobreloa, los temores de la gerencia de la ANFP y alguna dudosa opinión deportiva lo permiten.

Algo que también está disponible para el novel Eugenio Mena (viñamarino, 22 años), uno de los buenos proyectos que hay en Santiago Wanderers, quien se incorpora a la U, en cifras y formas cercanas al fracaso en la adquisición de Mauricio Arias, y con mucho por ganar por el gastador lado izquierdo azul luego de la partida de Marco Estrada, finalmente!, a Europa. Y también de la primera división del fútbol francés al Montpellier HSC, club del Languedoc-Rosellón, región francesa limítrofe con Catalunya,

Está abierta nuevamente la ventana para ver cómo renacen las ilusiones del pueblo azul después de la derrota en las semifinales de la Copa Libertadores de América, un tremendo éxito de acuerdo a las expectativas previas y los recursos con que contaba Gerardo Pelusso para esta temporada.

El técnico continúa con sapiencia a cargo del timón de este crucero azul que navega en el mar rizado que tenemos por estos días.

Falta que entre el aire fresco, el fútbol en su esencia para reencontrarse con el necesitado triunfo o resultado y seguir prendido arriba por la U, su gente, sus administradores y accionistas.

Ojalá que estos últimos asuman un compromiso mayor con sus clientes nacionales y paren un hermoso, magno y rentable proyecto de estadio, que lo paga la hinchada azul y una buena gestión administrativa de su concesionaria, para que el romántico viajero quede en el himno y deje de ser una realidad irrefutable.

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