• Eduardo Retamal, ex Guía de Universidad de Chile
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Con el telón rojo de la selección chilena cayendo lentamente -y con aplausos después de los seis puntos muy bien logrados en La Paz y Puerto La Cruz- la U vuelve al escenario futbolero chileno. El hincha de la roja regresa agrandado a su club y mira con atención lo que haga el chuncho pues tiene incidencia en lo que ocurra con la extensión del torneo doméstico.

Los azules podemos decir con orgullo que –por momentos claves de ambos partidos- la U le dio un plus de clase y gran fútbol al seleccionado nacional. Charles Aránguiz en esta convocatoria era un duodécimo o décimotercer jugador, Marcelo Díaz y Mena eran claros titulares, pero ahora Borghi se tiene que ir dos semanas de vacaciones para aclarar en cuál dibujo táctico le caben todos los volantes junto al extraordinario mediocampo de la U.

Foto: Reuters

Aránguiz aprovechó al máximo la oportunidad que le dio Borghi.

Charles, un jugadorazo que extraña la cancha de tierra y el fútbol de barrio, con dos tremendas anotaciones definió ambos partidos y puso sus pesadas fichas para ganarse una titularidad tan merecida como sorprendente para el hincha de la roja que no ve regularmente a la U.

Un jugador para no desaprovecharlo como lo hizo Colo Colo y al que Borghi le sacó hasta su última gota de calidad, mientras Figueroa se mostraba agotado a los 10’ de haber entrado, el príncipe le regalaba un jugadón organizado, armado y definido por él que termina en la red de Puerto La Cruz.

Solamente Junior Fernándes volvió intacto de las dos semanas con la selección: Díaz, Mena, González y Charles deben recuperarse y sumar algunos minutos frente a los naranjas. Lo de Pepe Rojas es inquietante: la imagen desde la banca anuncia a lo menos un microdesgarro inhabilitante en la ida con Boca de este jueves, pero irse a casa conduciendo desde el aeropuerto abre una ilusión antes de la resonancia nuclear magnética de este lunes.

Ahora hay que preocuparse además por las ofertas que podrían confirmarse por Aránguiz después de este mes. La selección es una enorme vitrina internacional, sino que lo diga Pablo Contreras con su sorpresiva titularidad post lesión y sin fútbol para entrar jugando contra Bolivia en La Paz.

Salen de las primeras planas -hasta la próxima convocatoria- los problemas de disciplina provocados por el reiterado laissez faire que Borghi regala a sus convocados, sumando dos nuevos caídos en combate de las noches santiaguinas más otro que pasó piola por no estar convocado –Isla- quién también se cuidaba de una lesión, terapia donde el clima de madrugada ribereño parece sentar muy bien.

El foco vuelve a la U: Cobreloa no es aquello ogro temible de los ochenta o los noventa del que había que huir, pero si es un rival de cuidado en una vuelta que nos reencontrará una noche de lunes de otoño a las 20:00 hrs. en el Nacional. El 2-0 de la ida en Calama no garantiza una siesta laboral de lunes, más aún si el relajo del peor día de la semana provocara una apertura naranja del marcador, que pondría en “on” todas las alarmas, después de la bienvenida para los seis seleccionados de la U.

Después, ir con toda la ilusión a pararse y jugar frente al xeneise, aún puntero del torneo argentino, pese a empatar con el colista Banfield y con muy escaso margen. En los últimos seis puntos de su Clausura boquita recibe en la nuca el aliento de Tigre y Arsenal a un punto, la presión de Newell’s a dos y la puja de dos guapos del oeste porteño –Vélez y All Boys- a tres puntos.

El hincha de Boca tendrá que ir antes al cardiólogo: jugará frente al viaducto y terminará en Floresta, Boca también lo puede perder todo.

Dos semanas para no perderse detalle alguno de la U, viajando a Buenos Aires con o sin entrada o soñando por un lugar en el Nacional también se vive este apasionante presente de la U, los demás ahora poco importan, apenas Cobreloa nos ocupa este lunes.