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Sampaoli, razones de su arribo a la U

En las profundidades del Directorio de Azul Azul impera un inverosímil raciocinio luego de extrañas puestas en escena: públicamente optar entre Simeone y Sampaoli más parece acallar demandas futboleras que una decisión de consenso.

Las declaraciones de Federico Valdés -si no fueron preparadas para quedar bien luego que los hambrientos medios expusieran a Diego Pablo Simeone, recortándose entre el lobby y el ascensor de su hotel en Santiago-, pegan en el palo. ¿O acaso a Sampaoli le fue muy bien en Chile?

Sampaoli

Foto: El Mercurio

Sampaoli recibe el buzo que usará, por lo menos, durante un año, mientras sea el técnico de los azules.

Si no ¿cuál es la idea de traer un entrenador argentino top, y aún prometedor en su medio, a Santiago para que le pase por encima la conocida máquina de la concesionaria Azul Azul? La que opta por una figura futbolera freak como Sampaoli, quien brinda algunas relativas seguridades.

A estas alturas del conocimiento futbolero, si se juntase un modesto hincha azul con un consagrado técnico extranjero no es seguro que el primero comprase algo del humo del experto, el que inmediatamente exigirá la adquisición de las seguridades que brindan los nombres importantes dentro de la cancha. Esto solamente se puede entender si conociésemos los wikileaks de las sesiones del directorio Azul y sus previas por teléfono. Dudo que esta Directiva se junte a tomar un café fuera y conversen algo de fútbol.

Más extraño aún la rara ecuación de costos: costo de Simeone igual al costo de Sampaoli.. para que? … mostrar por los medios televisivos las diferencias entre las ajustadas tenidas Armani y el fino estilo europeo de Simeone versus el buzo y la gorra de Sampaoli, quien en esta oportunidad se viste casual y exhibe su alopecia sin su típico y poco glamoroso jockey.

Conocer a Sampaoli

Hay que aprender a conocer a Sampaoli. Deberá despojarse de sus típicos atuendos, que lo caracterizan como un obrero de la cancha, para mostrarse a rostro descubierto y con la vista arriba como son las esperanzas azules para este 2011, a pesar de lo muy extrañas que suenan sus palabras. Salvo que opte por la escuela bielsista de no dar declaraciones a menos que se encuentre de extraordinario humor.

Sin sonrojarnos podemos decir que -por ahora- las palabras de Sampaoli son menos convincentes que el cansado discurso de Mayne-Nicholls explicando por qué no se repostula a la ANFP.

El Directorio Azul no está para proyectos millonarios, sino que para provocar realidades que intentarán recuperar la pasión del hincha azul, más para tirar la rayuela cortita lo más cerca de la lienza que se pueda, que el tiro pesado y ganador que brinda el éxtasis de la quemada, midiendo siempre la inversión económica para no caer en errores costosos.

Cuidándose de no equivocarse como si no se supiera lo que ha pasado con los Marino, los Bueno, los Nelson Pinto, los Abarca, los Arias, los Conde, los Gabriel Vargas, los Mena, los Centurión y así infinita y agotadoramente con nombres que no son realmente los jugadores que el chuncho demanda.

Sampaoli

Foto: El Mercurio

Sampaoli ya dirigió en Chile, a O’Higgins, por lo tanto conoce “el medio” y eso, según los dirigentes, era un plus frente a Simeone.

El temor a quedar descolocados como Directorio –y con un contrato caro de servir en sus inicios- ante peticiones de de un técnico de nivel, quien luego de presenciar el primer entrenamiento, se pudo hacer una idea clara, con demandas previsibles.

Entre ellas, un arquero top, líbero con mucho oficio, carrileros bravos y aguerridos, volantes con buen pie y conducción ofensiva rápida, más delanteros goleadores y una larga lista de préstamos, habrían generado un quiebre entre el Directorio y un técnico expuesto y obligado a arreglarse con los gladiadores disponibles.

En esa, tal vez el manager sacaba al técnico de forma urgente desde Chile rumbo a lugares de mayor nitidez.

Veamos la parte llena del vaso también. Sampaoli ofrece trabajo y más trabajo como en el spot de campaña. Habrá ¡por fín! mucha atención sobre las pelotas paradas, los centros y lectura previa en el juego del rival para ganar la contra y salir rápido por las bandas buscando desbordar con rapidez por ambos costados. Algo es algo.

Lo preocupante es que el cuento de “jugar al ataque” o “jugar como le gusta a la gente”, como se apela con descaro, es lo más lejano de ganar que existe y lo más cercano al programado fracaso semestral. Crucemos los dedos por la inspiración del rosarino, que algo nos conviene.

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