Cada vez que fue campeona, Universidad Católica contó con un “10″ de jerarquía. Tuvo extranjeros que brillaron como José Manuel Moreno (1949), Miguel Ángel Montuori (1954), Néstor Isella (1966), David Bisconti (1997), Darío Conca (2005), Darío Bottinelli (2010) y Diego Buonanotte (de 2016 a 2021).

Y si no tenía un foráneo, contó con destacados futbolistas chilenos como Alberto “Tito” Fouillioux (1961 y 1966), Jorge Aravena (1984), Miguel Ángel Neira y Luis Pérez (1987), Patricio Ormazábal (2002), Francisco Arrué (2005), Milovan Mirosevic (2010) y César Pinares (2019 y 2020).

El enganche es parte de la historia del club. Pero este 2025, la apuesta de la dirigencia y de Tiago Nunes fue dejar fuera del plantel al tan necesario volante de enlace, el que tantos réditos le dio a la UC.

Los refuerzos que llegaron fueron Gary Medel y Jhohan Valencia (centrales/volantes defensivos), Dylan Escobar (lateral derecho), Eduard Bello (extremo) y Diego Valencia (centrodelantero).

Hay mucha molestia en los hinchas por la determinación que tomó la gerencia deportiva liderada por José María Buljubasich, considerando además que desde noviembre del año pasado se sabía que César Pinares y Bryan González no iban a ser tenidos en cuenta.

Sin ellos dos, la línea media de la UC quedó conformada por Medel, Valencia, Agustín Farías, Alfred Canales, Fernando Zuqui y, eventualmente, Nicolás Letelier (19 años) y Leenhan Romero (18 años). De ellos, solamente el joven venezolano podría desempeñarse en dicha función.

Por el momento, en lo que al nivel de juego colectivo se refiere, Católica está sumamente al debe. Ante Everton, San Luis y La Calera en Copa Chile mostró escasas variantes en ataque, sin mayores sociedades entre laterales y extremos, y con un Fernando Zampedri sumamente aislado en el 3-4-3.

Frente a Audax, este lunes en el debut del Torneo Nacional, será la siguiente prueba no solamente futbolística, también táctica para el brasileño. Sin el enganche histórico, el entrenador arriesgó. Habrá que ver cómo le resulta.