Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol: Murakami y promesas de juventud

En esta novela, Haruki Murakami nos fascina con una historia centrada en los sentimientos, la complejidad del amor, el temor a perder y herir, el dolor de la ruptura y la promesa del “alma gemela”, una trama clásica transformada por la genialidad del autor.

Esta novela de Haruki Murakami tiene un estilo distinto, descubrimos a otro Murakami, diferente al de Sauce Ciego, Mujer Dormida, en “Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol” nos encontramos con un autor capaz de conectarse con los sentimientos y trabajar en base a ellos, dejando de lado el juego realidad–ficción y  las fantasías para dar espacio a una obra fascinante, con un estilo visual entregado por sus acabadas descripciones de lugares, situaciones, personajes y sentimientos. Es esta tremenda capacidad de detallar los sentimientos de modo envolvente, que marca la diferencia con los escritores de occidente.

Haruki Murakami

Foto: El Mercurio

Hajime es el protagonista de esta narración de Murakami.

Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol“, tiene como protagonista a Hajime, quien nació “la primera semana, del primer mes del primer año de la segunda mitad del Siglo XX” (04 de enero de 1951), razón por la cual sus padres decidieron llamarlo así (Hajime significa principio). Hajime es hijo único, en una sociedad donde se acostumbraba tener varios hijos (o por lo menos, más de uno) por lo que en su infancia fue muy amigo de Shimamoto, una niña que estaba en su escuela y vivía en su barrio, que también era hija única y con la que compartía el gusto por la música y muchos secretos, típicos de la infancia. Shimamoto tenía un problema en su pierna, por lo que cojeaba y caminaba más lento, motivo por lo que algunos niños se burlaban, pero Hajime disfrutaba del trayecto de regreso a casa, junto a Shimamoto  siguiendo su ritmo y aprovechando para conversar de los mil temas que tenían en común.

Al terminar la enseñanza primaria, los padres de Hajime lo cambiaron de escuela y luego la familia se cambió de barrio. En un comienzo Hajime fue a visitarla un par de veces, pero después de poco tiempo entró en la adolescencia y dejó de ver a su amiga.

El pasar de los años marca a Hajime, quien se convierte en el dueño de un club de jazz en Tokio, marido de un matrimonio feliz y padre de dos lindas hijas se reencuentra con Shimamoto, que produce una fuerte atracción en Hajime y se obsesiona por volver a verla y poder estar con ella. Es Hajime quien vive una indecisión entre seguir con su vida como estaba o dejar de lado su matrimonio y sus hijas, la estructura que lo contenía, por volver a encontrar a Shimamoto, su alma gemela, que representaba la calidez del hogar, la felicidad de la infancia y la complicidad que tenían.

En “Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol”, Murakami nos fascina con una trama bastante clásica, pero tocada de un modo sutil y hermoso, lleno de detalles deliciosos, como el nombre del libro, que corresponde a una canción de Nat King Cole que Hajime y Shimamoto escuchan cuando niños.

Haruki Murakami nos regala en “Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol” una novela tan hermosa como triste, que nos deja reflexionando sobre nuestras propias vidas.

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