José Ignacio Cárdenas: “La historia muchas veces se repite cuando los conflictos no han sido bien abordados y cerrados”

El autor de “Bajo el yugo del califato. La esperanza de los infieles” revela los entretelones de su primera novela, así como su proceso investigativo y sus próximos proyectos literarios.

“Llegado el momento de iniciar la misión profesional encomendada, Manuel tomó con fuerza entre sus manos sudorosas los pasajes aéreos que lo llevarían al aeropuerto de Damasco para luego recorrer como fuera los casi doscientos kilómetros que lo separaban de Tartús. Esa ciudad siria estaba ubicada a cuatrocientos kilómetros al oeste de Raqqa, esta última ocupada por el Estado Islámico y en los hechos, el centro de operaciones de ISIS y sus responsables, a la cual solo era posible llegar por tierra una vez obtenidos los correspondientes ‘pases’ de ingreso. Las dudas e incertezas inundaban los pensamientos de Manuel”.

Este fragmento, extraído de las primeras páginas de “Bajo el yugo del califato. La esperanza de los infieles” (Zuramérica, 2025), la primera novela del escritor chileno José Ignacio Cárdenas Gebauer, adentra inmediatamente al lector en el tono y contexto del libro. Un viaje peligroso y dramático a las profundidades de uno de los grupos yihadistas más peligrosos de este siglo: el Estado Islámico.

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Cárdenas, quien es abogado de la Universidad de Chile, con postítulos en Economía y Tributación, reconstruye con claridad los años en que el Estado Islámico estremecía las capitales de Occidente con sus atentados, y cuando controlaba su hermético califato, construido con territorios arrebatados a Siria e Irak. Precisamente donde un periodista chileno-español debe cumplir una arriesgada cobertura periodística.

-¿Cómo nació tu interés por escribir una novela ambientada en los peores años del Estado Islámico?

El hecho detonante que motivó este libro fueron las imágenes que mostraba la prensa el año 2014, exhibiendo la decapitación de periodistas vestidos con trajes de color naranja arrodillados en el desierto y tras ellos un verdugo del Estado Islámico vestido de un sagrado negro, con sus caras cubiertas, blandiendo el cuchillo con el que ejecutaban tan siniestra acción. Me llamó mucho la atención que en el mundo de hoy se llevaran prácticas más propias de siglos atrás y que su justificación descansara en razones religiosas.

Si bien en ese año algo escribí al respecto, siempre quedé con la sensación que había mucho detrás de tan escalofriante escena que merecía ser investigada. No entendía simplificar en la locura humana lo que ahí sucedía, siempre creí que algo debía explicar tales hechos, aun cuando las razones que encontrara estuviesen muy lejos de nuestra comprensión occidental. Esto motivó que años después, en particular a comienzos de este año, retomara la idea inconclusa que comencé el 2014 y escribí esta novela.

-Una novela de estas características exige una profunda documentación sobre lo que fue este grupo yihadista, la situación en Siria y la historia de Medio Oriente. ¿Cómo fue tu proceso de investigación? ¿Cuánto tiempo te tomó? ¿Con quiénes hablaste?

Lo primero fue investigar los hechos ocurridos especialmente el 2014, que fue el año de mayor auge del Estado Islámico en la zona. Para esto, fue necesario recurrir a una serie de reportajes elaborados por distintos medios de prensa tales como la BBC, The New York Times, Europa Press International y muchos otros; literatura como el libro “Estado Islámico ISIS”, del coronel Luis Alberto Villamarín Pulido; la obra “El Corán y la Ciencia”, del autor libanés Ahmad Husein Sakr, entre otras bibliografías; informes internacionales en materia de derechos humanos emitidos para la zona por distintas ONGs; la revista digital del Estado Islámico, llamada “Dabiq”, y un sin número de entrevistas de víctimas y victimarios publicadas en distintos portales y medios de prensa.

Dejo para el final el Corán, el libro sagrado del mundo musulmán compuesto de sunas y aleyas que cautivan a cualquier lector. La geografía y costumbres fue construida con ayuda de documentos historiográficos, enciclopedias, fotografías, consultas a árabes, internet y Google Earth, lo que me permitió conocer la ciudad, sus calles, distancias, arquitectura, nombres, etc. La tecnología en esto fue de gran ayuda para corroborar y confirmar la literatura investigada.

La historiadora Francisca Wilson, experta en temas arábicos, me ayudó también a revisar los aspectos históricos abordados en la novela.

-De todo lo que investigaste, ¿qué fue lo que más te sorprendió o impactó?

El trato a las mujeres y el desprecio a la condición humana. Si bien resultaba muy interesante abordar los aspectos religiosos en que los yihadistas sustentan sus prácticas, sorprende la interpretación a la que ellos llegan, sin dejar ningún espacio a la metáfora ni al contexto histórico de cuándo se escribió el Corán y vivió Mahoma. Era un mundo extraordinariamente distinto al actual, por lo que aplicar al presente vivencias de hace más de trece siglos resulta impactante.

-Tus protagonistas, el periodista chileno-español Manuel Jesús Muñoz Amar, y la joven kurda Munira, viven todo tipo de experiencias al interior del califato del Estado Islámico. ¿Cómo los construiste? ¿Conociste a alguien o son la suma de diferentes personas?

Para adentrarme en los personales fue necesario estudiar e investigar a víctimas que hayan sufrido hechos parecidos. Me era muy importante representar lo más fiel posible sus temores, sentimientos e ilusiones, sumado al hecho de prepararme psíquicamente cada vez que escribía algún capítulo con fuerte carga emocional.

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En lo que respecta a Munira, más que conocer a alguien en particular, leí muchos testimonios de mujeres que fueron víctima de ISIS, como también otras que sufrieron hechos de violencia sexual. Existen muchos relatos realmente impactantes, incluso al día de hoy que aún existen mujeres sufriendo hechos muy similares a los que se relatan en la novela.

Por su parte, el personaje de Manuel fue creado por la necesidad de trasladarlo al lugar donde estaba emplazado ISIS y estimé que la mejor justificación era haciéndolo con un periodista, considerando además las imágenes impactantes ocurridas en esos años en que el Estado Islámico secuestraba periodistas para exhibir su ejecución por los medios.

-¿Qué autores sientes que te han inspirado como escritor?

Santiago Posteguillos, Idelfonso Falcones, Julia Navarro o Ken Follet, por nombrar algunos, son autores que me han inspirado porque logran mezclar el trabajo de investigación histórica con la novela de ficción.

-¿Y qué géneros o autores le gusta leer a José Ignacio Cárdenas?

Las novelas históricas y los ensayos políticos son los géneros que más me atraen. Siempre he sentido una atracción natural por comprender los procesos históricos, aun cuando estos deriven en fanatismos y extremismos más propio de líderes autocráticos que terminan privilegiando su interés individual por sobre el colectivo.

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