• Matías Bakit, Equipo de Literatura Fantástica
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“El rey demonio”, de Cinda Williams Chima, había dejado la vara alta a su sucesor, “La reina exiliada”. ¿Cumplirá las expectativas? Esa era la pregunta que me hacía al empezar el libro. Pero la respuesta fue sí.

Al igual que su predecesor, “La reina exiliada” (Ediciones B) genera algo de inquietud en el lector al tener una trama —a estas alturas— algo “manoseada” dentro de la litera fantástica más moderna. Por ejemplo, en este caso el protagonista iba a asistir a una escuela de magia para vengarse.

¿Otra escuela? Ya parecía demasiado. Pero Williams salva el obstáculo con facilidad. Las clases son interesantes, se ven desde una perspectiva adulta (de hecho, más que escuela, parece un regimiento) y lo más importante sigue siendo la evolución de Han, el gran personaje protagónico que tiene esta obra.

La trama, al mismo tiempo, se vuelve más enrevesada y aparecen personajes de los cuales no es posible adivinar sus motivaciones o movimientos, hasta que el libro está por terminar. Y en éste género las sorpresas se agradecen.

Así como los personajes van creciendo, también lo hace el tono de la narración. Comienzan a aparecer los romances, los celos y la envidia como motivadores. En resumen, el libro toma un tono más adulto. Los vuelcos son constantes y es muy difícil saber dónde terminará todo. Pero, tal como pasa en Canción de hielo y fuego, comienza a crecer una certidumbre: todo terminará mal.

La princesa Raisa vive el proceso contrario de Han. Mientras él cada vez va ganando más poder y se acerca a las posiciones de influencia, ella las va perdiendo, en un viaje tan geográfico como mental. Se empobrece, pierde confianza y se aleja del que cree que ama. Ese viaje la acerca poco a poco a Han y a un encuentro que cambiará todo para los personajes.

¿Lo bueno? Esta segunda parte cumple plenamente con las expectativas. Definitivamente un imperdible. ¿Lo malo? Estos libros son parte de una serie de cuatro. ¿Cuándo llegarán a Chile los que restan?