La película “Troya”, dirigida por el director alemán Wolfgang Petersen y basada en el poema épico griego “La Illiada”, siguiendo la exitosa estela de cintas épicas del nuevo milenio como “Gladiador”, se convirtió en una de las cintas más taquilleras del año 2004, congregando en su elenco a grandes actores de ese momento como Brad Pitt (Aquiles), Eric Bana (Héctor), Orlando Bloom (Paris), Sean Bean (Odiseo), Peter O’Toole (Priamo) y Brian Cox (Agamenón).

Precisamente, el mismo Brian Cox, veterano actor escocés de 75 años que actualmente está de moda gracias al éxito mundial de la serie televisiva “Succession” de HBO, donde interpreta al patriarca y millonario Logan Roy, en una entrevista concedida a la revista Vanity Fair recordó su experiencia trabajando en la película “Troya”, revelando que en un momento se sintió “fascinado” por la apariencia física de uno de sus coprotagonistas, el actor Brad Pitt.

Brian Cox (Agamenón) y Brad Pitt (Aquiles), dos de los protagonistas de la película “Troya”.

Brian Cox partió recordando que vivió una “gran experiencia” trabajando con el “gran elenco” de la película “Troya”, comentando posteriormente lo anonado que quedó al ver a Brad Pitt usando el atuendo que usaba en esa cinta, donde personificó a Aquiles, el rey de los mirmidones y el mayor guerrero de la antigüedad, hijo del Rey Peleo y de la ninfa marina Tetis, del cual la leyenda decía que era invulnerable, salvo por su talón.

Brian Cox recordaría que “en un momento, simplemente estaba un poco entusiasmado con Brad porque, ya sabes, él nunca se había disfrazado así. Cuando Brad entró al plató disfrazado de Aquiles y siguió caminando, mi mandíbula se cayó, porque era increíblemente hermoso. Quiero decir, yo soy completamente heterosexual, pero en ese momento pensé: ‘¡Guau! ¡Dios mío, este tipo es deslumbrante’. Al final fue una buena experiencia porque ¿Qué posibilidades tiene uno de compartir la pantalla con este hermoso, hermoso hombre?”.

Respecto de cómo consiguió el papel del rey griego Agamenón, Brian Cox contó que “nunca he perseguido nada. Siempre he permitido que las cosas sucedan. Sabía que el papel estaba disponible y sabía que yo era perfecto para interpretarlo. Me ofrecí para volar a Londres para conocer a Wolfgang Petersen. Fue una gran audición y me quedé con el rol”.