Dave Gahan, el famoso cantante del grupo británico Depeche Mode, vive desde 2017 en el bohemio y conocido barrio de Tribeca, en Nueva York, lugar al que llegó desde Los Ángeles, ciudad donde estuvo a punto de morir varias veces debido a su desaforada adicción a las drogas.

“Abandoné Los Ángeles por una razón muy precisa: dejar la droga definitivamente, después de años de adicción. Quería cambiar de vida y alejarme de algunas cosas tanto como me fuera posible. Vine a Nueva York porque me di cuenta de que en L.A. estaba en peligro. Me ponía a mí mismo en peligro. Y también me ponían en peligro las personas que estaban a mi alrededor. Me tenía que ir sí o sí”, recordó el vocalista, en una entrevista concedida al diario The New York Post.

Gahan agregó que “Hace dieciocho años que estoy casado con mi esposa, Jennifer. Fundé una familia magnífica. Estoy orgulloso de mis hijos. Ahora tengo una vida privilegiada. Eso no quiere decir que no me importen las personas a mi alrededor pero sí sé lo que verdaderamente importa. Cuando llegamos a Nueva York nos volvimos parte de un todo. Es difícil dejar esta ciudad una vez que estuvimos acá. Si te aburres de Nueva York, ¡el aburrido eres tú!”.

El intérprete de “Enjoy The Silence” comentó que “vivo en Tribeca ahora, pero todavía me gusta ir a la zona oeste donde vivía. Hay una cafetería llamada ‘Dante’ que sigue siendo uno de mis puntos favoritos; a mi esposa Jennifer y a mí nos encanta cenar en el Odeón. Por supuesto, tengo mi lugar de pizza favorito también – es el Joe’s en Carmine Street. Para una rebanada clásica, tiene que ser la corteza fina. No voy a menudo a Broadway. Me encantaba pasar el rato con mi perro, pero ella falleció el año pasado. Extraño mucho hacer eso. Pero todavía me levanto temprano y salgo a pasear, sólo que ahora lo hago solo por mi cuenta. Me gusta escuchar las conversaciones de las otras personas, eso es una gran inspiración para mis canciones”.

Gahan concluyó que “lo que me gusta de Nueva York es que nadie te molesta demasiado. A veces se aparece alguien que es un fan, o se acerca para pedir una selfie, que está bien, pero la mayoría de las veces no necesito preocuparme por ese tipo de cosas. ¡No hay ciudad como esta! He estado en todo el mundo, pero Nueva York es el único lugar en el que me siento como en casa. Al envejecer aprendí a aprovechar el momento, sin preocuparme por lo que pasó, por lo que pasará o por lo que no pasará. Esta forma de pensar me aporta una gran libertad para elegir. Ya no necesito las drogas para tomar distancia respecto de mi persona y de mi vida. Puse una energía enorme, cuando era más joven, en intentar alejarme de mí mismo. Luego aprendí a aceptarme. Algo que claramente es un camino hacia la aceptación de los otros”.