Entre 1984 y 1992 la televisión norteamericana emitió “The Cosby Show” (“El show de Bill Cosby”), una serie de televisión protagonizada por el actor y comediante Bill Cosby que narraba la vida cotidiana de los Huxtable, una familia afroamericana de clase media-alta que vivía en un acomodado barrio de Brooklyn, en Nueva York.

En aquella serie Bill Cosby interpretaba al afable doctor Cliff Huxtable, un bonachón ginecólogo y padre de familia que llamaba la atención por su gran sentido del humor así como por los vistosos jerseys que acostumbraba usar en cada capítulo. Antes de consagrarse con esta serie, Bill Cosby había sido un pionero que había ayudado a derribar las barreras raciales en la televisión estadounidense, convirtiéndose en el primer actor afroamericano en ganar un Emmy en 1966.

Sin embargo, el famoso comediante, una verdadera figura paternal que revolucionó la televisión americana en los ochenta con “The Cosby Show”, que lo convirtió en un fenómeno de las comedias de situación de la época y en genio y figura ejemplar para muchos niños durante décadas, pasaría en el nuevo milenio de ser considerado de “Papá preferido de los Estados Unidos” a “depredador sexual peligroso”.

En septiembre de 2018 Bill Cosby fue declarado culpable de tres cargos de violación en contra de Andrea Constand, una mujer a quien había conocido en la Universidad de Temple, lo que le valió ser sentenciado a una pena de entre tres y diez años de prisión, convirtiéndose en la primera celebridad condenada por crímenes sexuales en la era #MeToo.

Constand, de nacionalidad canadiense, aseguró que una noche a principios de 2004 Bill Cosby la invitó a su mansión y le dio unas pastillas que la dejaron inconsciente, lo que le permitió al actor abusar sexualmente de ella. La víctima, hoy de 48 años, era entonces la entrenadora de baloncesto del equipo femenino de la Universidad de Temple, donde el actor estudió y de la que él era un importante donante.

Andrea Constand y Bill Cosby.

Ese mediático juicio destaparía una verdadera ola de denuncias en contra de Bill Cosby, quien sería acusado por más de 50 mujeres de agresión, abuso sexual y violación. En agosto del 2015, la conocida publicación New York Magazine reunió a 35 de las supuestas víctimas del actor, quienes acusaron a la estrella televisiva de haberlas drogado y agredido sexualmente.

En la misma portada de la revista aparecían estas víctimas, mujeres cuyas edades oscilaban entre los veintitantos y los 80 años e incluía tanto a actrices y supermodelos como Beverley Johnson y Janice Dickinson, así como a camareras y periodistas, todas las cuales tenían algo en común: Habían sido violadas por Bill Cosby. Las mujeres aparecían sentadas en la misma postura, junto a una silla vacía que representaba a otras víctimas que no habían querido o podido hacer públicas sus acusaciones.

Los relatos de las víctimas de Bill Cosby que aparecieron en la New York Magazine fueron estremecedores. La exsúpermodelo estadounidense Janice Dickinson, de actuales 64 años, por ejemplo, relató que Bill Cosby la había violado en 1982 cuando ella tenía 27 años, tras darle una pastilla azul que la dejó aturdida y sin habla. Según la mujer, estaba en Bali trabajando como modelo cuando el actor le contactó y le envió un pasaje de avión para encontrarse con ella en Lake Tahoe, en California, y entablar conversaciones que ella pensaba eran sobre una futura carrera como actriz.

Según relató Janice Dickinson, Bill Cosby la esperó en el hotel, donde cenaron con vino. Cuando ella se quejó de algunos dolores menstruales, el actor le dio una pastilla azul que la dejó completamente atontada. Posteriormente Cosby la subió a su habitación, donde la violó y la dejó “muy, muy dolorida”, “en shock y humillada”. “Se subió encima mío y su bata se abrió y recuerdo que olía a cigarros y expresso y el olor de su cuerpo…perdí el conocimiento luego de que me penetró. Fue asqueroso…me desperté al día siguiente en mi habitación. No sabía dónde estaba, vi semen entre mis piernas y sentía dolor anal…quería darle un puñetazo en la cara”, relató la ex modelo.

Bill Cosby y Janice Dickinson.

Heidi Thomas, una profesora de música de Colorado que actualmente es madre de cuatro hijos, relató por su parte en la revista que Bill Cosby la había agredido sexualmente en Nevada hace 34 años. “Quiero ver un violador en serie condenado”, espetó la mujer después de entregar su dramático testimonio, mientras que Chelan Lasha, entonces una modelo adolescente, aseguró entre lágrimas que había sido drogada y agredida sexualmente por Cosby en Las Vegas in 1986. “Confié en él, me tumbó en la cama. No podía moverme después de aquello”, confesó.

Janice Baker-Kinney, otra de las víctimas, contó por su parte que cuando tenía 24 años de edad y trabajaba como camarera en Reno, tomó unas pastillas por la presión del actor. Luego se desmayó, antes de despertarse a la mañana siguiente sin ropa junto a Bill Cosby: “tenía algo pegajoso y húmedo entre mis piernas”, confesó.

Barbara Bowman, por su parte, le dijo a la revista que “después que me atacó me sentía como una prisionera, me sentía como si hubiera sido secuestrada y estuviera escondida a plena luz. Podía haber caminado por cualquier calle de Manhattan a cualquier hora y haber dicho: ‘Estoy siendo violada y drogada por Bill Cosby’, pero ¿Quién diablos me habría creído? Nadie, nadie”.

En el reportaje publicado por New York Magazine se explicó que “el grupo de mujeres a las que Cosby presuntamente atacó casi sirve para hacer un estudio longitudinal, tanto para analizar cómo una mujer individual, a solas, lidia con un trauma de este tipo durante varias décadas, y también para investigar cómo la cultura en general ha luchado con la violación durante el mismo período de tiempo”.

Algunas de las víctimas de Bill Cosby durante una conferencia de prensa.

La publicación agregó que “en los años 60′, cuando ocurrió el primer supuesto asalto sexual de Bill Cosby, la violación se consideraba un hecho violento que era cometido por un extraño. Pero entre las mujeres jóvenes, especialmente en internet, cunde ahora el sentimiento de que lo único que se puede hacer es denunciar, que una mujer hablando de su propia condición de víctima es algo más poderoso que cualquier otra arma en la lucha contra la violación”.

Tras declarar culpable a Bill Cosby de tres cargos de violación en septiembre del 2018, que le supuso purgar una sentencia de entre tres y diez años de prisión, el juez Steven O’Neill también calificó al famoso actor de “depredador sexual peligroso”, lo que significó que éste deberá recibir terapia de por vida e inscribirse en los listados públicos donde están registrados los abusadores peligrosos.

Bill Cosby, hasta ahora, no ha mostrado arrepentimiento en ningún momento, ha negado repetidamente las acusaciones y ha mantenido su total inocencia, aunque admitió que había tenido relaciones sexuales ocasionales, involucrando el uso recreativo de la metacualona sedante (Quaaludes) con una serie de mujeres jóvenes, reconociendo también que dispensar el medicamento recetado era ilegal.

Sin embargo, pese a ello, hasta el día de insiste en que fue víctima de una confabulación por motivos políticos: ​”Todo fue una trampa. Todo ese asunto del jurado. Eran impostores. Miren a la mujer que hizo sonar el silbato (la juez). Entró y salió sonriendo, es algo que los abogados podrían definir como venganza. Esto es político. Puedo ver de qué ha ido todo esto”, comentó el actor, tras pasar sus primeros meses en prisión.

La última noticia relacionada con Bill Bosby, de actuales 83 años y quien debido a su edad y su delicado estado de salud probablemente fallezca en prisión, se produjo en febrero de 2020, cuando emitió varias declaraciones defendiendo al famoso productor Harvey Weinstein, condenado por entonces por violación y agresión sexual de dos mujeres (aunque las denuncias en su contra, tal como en el caso de Cosby, eran muchas más), sellando su vertiginosa caída de magnate de Hollywood a archivillano del movimiento #MeToo.

En aquella oportunidad, Bill Cosby, quien se encuentra recluido en una prisión de Pennsylvania, escribió un mensaje en sus redes sociales en contra del veredicto que condenó a Harvey Weinstein, asegurando que “es un día triste para el sistema judicial americano… No hay forma de que nadie creyera que Mr. Weinstein iba a recibir un juicio justo e imparcial…Aquí está la pregunta que debería perseguir a todos los americanos, especialmente a los hombres ricos y famosos: ¿A dónde vamos en este país para encontrar justicia e imparcialidad en el sistema judicial y dónde encuentran un proceso como es debido?”.