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Las mejores frases del cine de los 80’, imperdible (I)

Desde Darth Vader hasta E.T. y desde Terminator hasta el replicante de “Blade Runner”, fueron numerosas las frases con que las películas de esta década impactaron a sus audiencias.

Guía de: Los 80

El Séptimo Arte, desde el origen mismo del cine sonoro, nos ha legado numerosas frases para el bronce que, por una razón u otra, se instalaron en el inconsciente colectivo y han pervivido hasta el día de hoy. La década de los 80’, la década donde se masificó el uso de efectos especiales y se institucionalizaron los denominados blockbusters, nos dejó también varias películas que nos dejaron las siguientes frases memorables:

1)“Yo soy tu padre” (EL IMPERIO CONTRAATACA, 1980)

Esta frase, quizás la más famosa en la historia del cine, sacudió a millones de fans de la saga de “Star Wars” en todo el mundo. El enmascarado Lord Sith Darth Vader, después de mutilar al joven Luke Skywalker en un combate con sables de luz en la Ciudad de las Nubes, intenta atraerlo al Lado Oscuro de la Fuerza revelándole una oscura verdad que el joven aprendiz de Jedi no se esperaba. “Obi Wan nunca te dijo lo que pasó con tu padre”, le espeta el caballero oscuro a Luke, a lo que éste responde: “Me contó lo suficiente. Me dijo que tú lo mataste”. “No, yo soy tu padre”, le espeta Vader, desatando un alarido de desesperación en el muchacho. Una frase de alcances shakesperianos que nos sigue impactando hasta el día de hoy.

2)”Volveré” (TERMINATOR, 1984)

El implacable cyborg asesino enviado a través del tiempo, interpretado magistralmente por Arnold Schwarzenegger en esta cinta futurista del director James Cameron, se despacha una de las frases más cortas pero más recordadas por los fanáticos del cine de ciencia ficción. Luego de intentar infructuosamente asesinar a Sarah Connor, la madre del futuro líder de la resistencia contra las máquinas después de la guerra nuclear, el cyborg T-800 se dirige a una estación de policía donde la tienen custodiada. Vestido con botas, chaqueta de cuero y lentes oscuros, la implacable máquina que viene del futuro le pregunta al oficial de guardia. “Soy amigo de Sarah Connor y vengo a verla”, a lo que el policía le responde: “Está prestando declaración y se puede demorar bastante tiempo. Si quiere siente su trasero allí si quiere esperarla”. El T-800, después de mirarlo con cara de pocos amigos, le dice escuetamente: “Volveré” (“I’ll be back”). Y cumple con lo prometido. A los pocos segundos ingresa con su auto al mismo cuartel, atropella y mata al funcionario, se baja del carro y desata a continuación una verdadera carnicería en la estación de policía.

3) “La codicia es buena” (WALL STREET, 1987)

El millonario -y tiburón bursátil- Gordon Gekko, interpretado magistralmente por el actor Michael Douglas, se apresta a apoderarse de una empresa en crisis, pero para ello debe convencer a la reticente junta de accionistas para que lo dejen tomar control de la misma. Con el cabello peinado impecablemente hacia atrás, con un terno inmaculado y una voz persuasiva, Gekko se despacha el siguiente discurso en esta recordada película de Oliver Stone: “La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena; es necesaria y funciona. La codicia clarifica y capta la esencia del espíritu de evolución. La codicia en todas sus formas: la codicia de vivir, de saber, de amor, de dinero; es lo que ha marcado la vida de la humanidad. Esa codicia salvará a esta empresa y a esa devaluada corporación llamada los Estados Unidos de América”. El personaje de Gordon Gekko, con el correr del tiempo, se transformaría en un ícono de la cultura popular americana, en la representación más pura y vívida del capitalismo y en el símbolo más voraz del darwinismo social.

4) “E.T. llama a casa” (E.T. EL EXTRATERRESTRE, 1982)

En esta sensible película, que hizo llorar a millones de espectadores en todo el mundo, E.T, un bienhechor alienígena que ha quedado varado en nuestro planeta, encuentra refugio y amistad en la casa de Elliot, un niño de 9 años, y sus dos hermanos. Allí, mirando el cómic de un diario, tiene la idea de construir un aparato de comunicación – con partes de un transistor y un paraguas, entre otras cosas- para contactar a su lejano planeta. Cuando Elliot le pregunta para qué es el aparato, E.T. mira a lo alto del cielo y apunta con su larguísimo dedo índice: “E.T. phone home” (“E.T. llama a casa”).

5)”Estoy demasiado viejo para esta mierda” (ARMA MORTAL, 1987)

Esta frase fue patentada por el sargento de policía Roger Murtaugh, interpretada por el actor Danny Glover, cada vez que por culpa de su compañero, el lunático y mortífero Martín Riggs (Mel Gibson), debía perseguir a unos delincuentes, enzarzarse en un tiroteo o arriesgar la vida en alguna osada acción. La frase sería repetida por Murtaugh en las otras tres secuelas de esta película de Richard Donner, transformándose en una especie de simpático mantra. Murtaugh pronuncia la frase por primera vez cuando conoce a Riggs y lo confunde con un delincuente al verlo con una pistola. Al intentar quitársela, Riggs lo derriba y le apunta con la misma. Cuando un colega le dice: “Este es tu nuevo compañero”, Murtaugh exclama: “Estor demasiado viejo para esta mierda”.

6)”Los hombres y las mujeres no pueden ser amigos porque el sexo siempre interfiere” (CUANDO HARRY CONOCIÓ A SALLY, 1989)

En esta notable y divertida cinta del director Rob Reiner, que narra el encuentro y desencuentro a lo largo de los años de una pareja que primero se detesta, luego se hacen amigos y finalmente se enamora, Harry, el personaje interpretado por el actor Billy Cristal, le cuenta a Sally (Meg Ryan), los motivos por los cuales ellos no pueden ser amigos. “Los hombres y las mujeres no pueden ser amigos porque el sexo siempre interfiere. Ningún hombre puede ser realmente amigo de una mujer que le resulte interesante. Siempre quiere tener una relación sexual con ella”. Tras escuchar esto, Sally le pregunta: “¿Entonces un hombre puede ser amigo de una mujer que no le resulte interesante?”, a lo que Harry contesta: “No, también quieren acostarse con ellas”.

7)”No soy un animal, soy un ser humano” (“EL HOMBRE ELEFANTE”, 1980)

Esta película del director David Lynch narra la verdadera historia de Joseph Merrick, un hombre que nació con terribles deformidades físicas y que, desde su infancia, fue usado por unos inescrupulosos como atracción de un circo. Un noble doctor interpretado por el actor Anthony Hopkins lo ayudará a descubrir su verdadera humanidad y a reinsertarlo de nuevo en la sociedad de la época. Merrick, en un momento de la película, es acosado en una estación por un grupo de niños, y derriba a una mujer accidentalmente. Cuando intenta huir y es acorralado por una multitud furiosa, lanza esta frase pletórica de sentimiento y dignidad: “ No, yo no soy ningún monstruo, no soy un animal…Soy un ser humano. Soy…un hombre”.

8) “Esos recuerdos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir” (BLADE RUNNER, 1982)

Roy Batty, un ser humano artificial o replicante, interpretado por el actor Rutger Hauer, junto a otros compañeros busca desesperadamente a su creador para que les alargue la vida pues, como meros productos genéticos, también tienen fecha de caducación. Y para ello no dudarán en intimidar y asesinar. En la parte final de la película, en una azotea azotada por la lluvia, Roy se enfrenta con Rick Deckard, el policía interpretado por Harrison Ford que lo persigue para “retirarlo” de las calles. El replicante finalmente lo acorrala, pero le salva inexplicablemente la vida al policía cuando éste está a punto de caer al vacío. Con los signos ya palpables de la muerte inminente, Roy Batty hace un balance de su corta vida y le dice a Deckard: “He visto cosas que ustedes no creerían. He visto naves espaciales atacando e incendiándose más allá de Orión. Y he visto rayos brillar en la oscuridad de la puerta de Tannhauser. Pero todos esos recuerdos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”. A continuación, el replicante suelta la paloma que tiene en las manos y fallece, ante la mirada sorpresiva del policía, que sospecha que el violento replicante amaba tanto la vida que quizás por eso salvó la suya.

9) “Aquí está Johnny” (“EL RESPLANDOR”, 1980)

La celebrada versión cinematográfica que Stanley Kubrick hizo de la novela homónima del escritor Stephen King, alcanzó su cénit en esta frase pronunciada por el desquiciado Jack Torrance, el personaje interpretado por el actor Jack Nicholson. Tras aceptar un trabajo de cuidador de un hotel en la temporada de invierno, junto a su esposa e hijo, Torrance comienza a tener visiones y a enloquecer paulatinamente hasta que intenta asesinar a los suyos. Escapando de Torrance, su esposa se refugia en el cuarto de baño, al que echa llave, pero su marido llega con un hacha listo para destrozar la puerta. Luego de romper la puerta hasta hacer un agujero, Torrance asoma su cara y con un gran sonrisa diabólica de entusiasmo le dice a su asustada esposa: “Here’s Johnny” (“Aquí está Johnny”).

10) “Yippie Ki-yay, motherfucker” (“DURO DE MATAR, 1988)

La película de acción que consagró al actor Bruce Willis tiene varios diálogos de antología, pero esta extraña frase es quizás la más representativa de todas. Luego de ir a una fiesta, el policía John Mc Clane debe ocultarse de una banda de desalmados terroristas europeos liderados por Hans Gruber (Alan Rickman), que se apoderan del edificio Nakatomi Plaza de Los Angeles. Tras matar a dos de los secuestradores y robarles una de sus radios, Mc Clane se comunica por radio con Gruber, quien le pregunta quien es y qué quiere. Mc Clane le dice sarcásticamente que puede llamarlo Roy, en homenaje a Roy Rogers, uno de los vaqueros heroicos del antiguo cine americano. Sin embargo, cuando oye llegar a otros terroristas a su piso, Mc Clane, en vez de despedirse cordialmente de Gruber, le suelta la famosa frase: “Yippie Ki-yay, motherfucker” (“Yippie Ki-yai, hijo de p__a”), una expresión de jolgorio que al parecer usaban los vaqueros del siglo XIX para saludarse.

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