Las fotos más simbólicas de Brad Pitt, el ícono masculino del cine de los años 90’
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- Jorge Fuentes
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Una de las leyes del cine dicta que toda época tiene su ícono cinematográfico indiscutido, el galán que hará suspirar a millones de mujeres en el mundo y servirá de inspiración a los demás miembros del sexo fuerte. Si Rodolfo Valentino fue el gran ídolo del cine mudo y en los años 50’ James Dean y Marlon Brando le enseñaron a los hombres cómo había que actuar y vivir, en los 70’ fue John Travolta el que se transformó en el ícono innegable de la época disco.
Dentro de los actores jóvenes más emblemáticos del cine de los años 90’, sin duda, tiene un lugar de privilegio William Bradley Pitt, quien se haría conocido popularmente como Brad Pitt y se convertiría, según algunos, en el ícono masculino más famoso de esa década. Nacido en Shawnee, Oklahoma, el 18 de diciembre de 1963, el futuro actor de 1.80 de estatura y agraciados rasgos se crió en una familia muy religiosa de la confesión bautista y, ya en su adolescencia, se convirtió en un fanático declarado del cine, al cual consideraba “un portal hacia mundos diferentes”, tal como mostraba, por ejemplo, la cinta “Fiebre de sábado por la noche”, su película favorita.
Tras egresar de la secundaria Pitt estudió Periodismo en la Universidad de Columbia, Missouri, pero pronto abandonó las aulas y se trasladó a California con la intención de ser actor. Pitt se afincó de inmediato en Los Ángeles, donde tomó clases de arte dramático, aunque para costearlas debió realizar una serie de trabajos extravagantes y disímiles, como chofer de limusina y mozo de almacén. Durante un tiempo, incluso, pagó sus cuentas en un trabajo que consistía en disfrazarse como la mascota plumífera del restaurante “El Pollo Loco” de esa ciudad.
Después de conseguir, a fines de los años 80′, sus primeros y pequeños papeles en películas sin importancia y en series como “Dallas”, Brad Pitt entraría a la puerta grande del cine en 1990, con su elogiada interpretación del joven Billy Canton, un vil drogadicto que se aprovechaba de una desbocada y confusa joven -encarnada por la joven actriz Juliette Lewis-en la película de televisión “Demasiado joven para morir”. La revista Entertainment Weekly, tras ver su actuación, comentaría que «Pitt es un canalla magnífico en su papel de novio matón, al mirar alrededor como un John Cougar Mellemcamp malvado, realmente asusta».
Al año siguiente Pitt, demostrando que era más que un actor carilindo, se ganaría de nuevo a la crítica con su interpretación de J.D., el joven, educado y bien parecido ladrón y autoestopista que seducía a Geena Davis en la película “Thelma &Louise”, dirigida por el laureado director inglés Ridley Scott. Aunque la intervención de Pitt en esta película sólo apenas sumaría los treinta minutos de metraje en total, su breve aparición cambiaría su vida por completo, convirtiéndolo en el actor de moda de principios de los años 90′, pues en apenas unos meses pasó de ser un completo desconocido a estar considerado como una de las nuevas promesas del séptimo arte y a ser considerado uno de los hombres más atractivos del mundo.
Después de aparecer en la película “Johnny Suede” (en la que daba vida a un rockero de improbable peinado obsesionado con el recuerdo de Elvis y con triunfar en el mundo de la música) y en “Cool World” (dirigida por el especialista en animación Ralph Bakshi, compartía cartel con Kim Basinger y Gabriel Byrne), Pitt se puso a las órdenes del legendario Robert Redford en la película “El río de la vida”. Su interpretación de nuevo fue elogiada por los críticos, a lo que Pitt comparó el trabajar con Redford con jugar al tenis, diciendo que «cuando juegas con alguien mejor que tú, entonces tu forma de jugar mejora».
En 1993 Pitt se uniría de nuevo con Juliette Lewis para actuar en la película “Kalifornia”, dirigida por Dominic Sena y donde interpretó al barbudo Early Grace, un joven y peligroso asesino en serie. Sobre su actuación, la revista Rolling Stone comentaría que la consideraba «sobresaliente, llena de encanto infantil y para acabar en un bufido que exuda puras amenazas».
Por esa época Pitt también tendría un pequeño pero divertido papel en la película de culto “True Romance”, basada en un guión de Quentin Tarantino, interpretando a Floyd, un pelilargo y desempleado joven que sólo dedicaba su tiempo a a ver televisión y fumar abundante marihuana. En ese mismo año, el rubio actor ganaría un premio en la categoría de «estrella masculina revelación».
En 1994 Brad Pitt personificaría al vampiro Louis de Pointe du Lac en la adaptación cinematográfica de la famosa novela de Anne Rice, “Entrevista con el vampiro”. Pitt era el hilo conductor de la narración al interpretar a Louis, el vampiro al que entrevistaba el periodista interpretado por Christian Slater en Nueva Orleans. La película contaba con una barroca puesta en escena de Dante Ferretti y un reparto plagado de estrellas en el que destacaban Antonio Banderas y Tom Cruise como el vampiro Lestat, el personaje clave de la serie de novelas de Anne Rice. Si bien la cinta no fue especialmente bien tratada por la crítica, igualmente incrementaría el nivel de popularidad de Brad Pitt en el gran público.
En el mismo año Pitt participaría en la película “leyendas de pasión”, de Edward Zwick, donde repetía en cierta medida el esquema de la cinta “El río de la vida”. En esta película Pitt interpretaba a Tristan Ludlow, un joven indomable que se alistaba en el ejército para combatir en la Primera Guerra Mundial huyendo de un amor contrariado por la prometida de su hermano, Julia Ormond, y siguiendo el ejemplo de su padre, un antiguo coronel de caballería retirado en Montana (interpretado por Anthony Hopkins). Por este rol, Pitt recibiría su primera nominación a los premios Globos de Oro, en la categoría de «mejor actor».
En 1995, Pitt sería convocado por el director David Fincher para participar en “Seven”, una de las mejores películas de su carrera, donde personificó a David Mills, un joven detective que junto al veterano policía de color William Somerset debía busca a un peligroso asesino en serie, obsesionado con los siete pecados capitales. Esta cinta, además de recaudar más de 327 millones de dólares en la taquilla, también le significó recibir nuevas loas de la crítica especializada, que consideró que su trabajo había sido “determinado, enérgico y creíble».
Mientras la fama de Pitt crecía considerablemente, sus romances con algunas de las más famosas actrices del momento le proporcionaban más publicidad. Entre sus conquistas figuran sus compañeras Geena Davis, Juliette Lewis, la estrella de la televisión Jennifer Aniston o la por entonces desconocida Gwyneth Paltrow, a quien conoció durante el rodaje de “Seven”.
En 1995 Brad Pitt intervendría en el extraño largometraje de ciencia ficción “12 monos”, dirigido por Terry Gilliam, donde interpretó a Jeffrey Goines, un joven paciente esquizofrénico y anticonsumista de un hospital pisquiátrico, obsesionado con los derechos de los animales. La película recibió, en general, críticas positivas y se alabó a Pitt en particular. El diario “The New York Times”, por ejemplo, catalogó su actuación como «intensa y perturbadora» y destacó la «interpretación inicialmente delirante» de Pitt, para concluir que «llena a Jeffrey con un extraño magnetismo que luego se vuelve importante a lo largo de la película». Por este rol, Pitt ganaría un Globo de Oro como mejor actor de reparto y también recibió su primera nominación al Oscar en la misma categoría.
Posteriormente, Brad Pitt participaría en cintas como “Sleepers”, “Enemigo Íntimo”, “Siete años en el Tibet” y “¿Conoces a Joe Black?”, la última de las cuales le significaron a Pitt recibir las primeras críticas adversas de su carrera.
Sin embargo, en 1999, el rubio actor se repondría de inmediato de esos tropiezos al ponerse nuevamente a las órdenes del director David Fincher, para personificar al intransigente y enigmático Tyler Durden en la película “El club de la pelea”, adaptación cinematográfica de la novela homónima de Chuck Palahniuk. Para interpretar a Tyler Durden, Pitt tomó lecciones de boxeo, taekwondo y judo y además permitió que le fuesen quitadas algunas piezas dentales frontales, las cuales fueron restauradas cuando terminó la filmación. Y aunque la cinta recibió críticas muy dispares, la actuación de Pitt fue unánimemente alabada por los críticos, quienes elogiaron la capacidad de Pitt para ser «genial y carismático».
Con los años 90′ detrás y ya entrado el nuevo milenio, Brad Pitt seguiría agigantando su prestigio actoral al actual en cintas como “Snatch”, “Troya”, “la Gran estafa”, “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”, “El curioso caso de Benjamin Button”, “Bastardos sin gloria”, “El árbol de la vida”, “El juego de la fortuna, “Aliados” y “Fury”, en otras cintas, mientras también incursionaba con éxito en la producción de películas (como en la premiada “12 años de esclavitud”). Además, tras separarse el año 2005 de la actriz Jennifer Aniston después de cinco años de matrimonio, se casaría nuevamente (y se separaría de ella más tarde) con Angelina Jolie, una de las mujeres más deseadas del mundo, actriz a quien conocería durante el rodaje de la película “El señor y la señora Smith” y con quien formaría una numerosa familia. Pero, como dicen, eso es otra historia.
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