En 1991 la hermosa y mundialmente famosa top Model Linda Evangelista posó en el pequeño pueblo de Savoca (en Sicilia, Italia), para una fotografía con otras siete mujeres ya mayores para una campaña publicitaria de la empresa de ropa Kenar Enterprises Ltd.

La intención de la fotografía, que se usaría como una gigantografía en Nueva York y otras ciudades, ciertamente, era resaltar deliberadamente la gran belleza de Linda Evangelista al contrastarla con el aspecto de las siete mujeres restantes que aparecían en la imagen, quienes debido a su edad y condición evidentemente estaban lejos de los cánones de belleza de la célebre top model canadiense.

La empresa había contratado a estas siete señoras asegurándoles que se trataba de una campaña contra el sida, pagándoles a cambio 10.000 liras, aunque después usó la fotografía para publicidad normal.

El problema fue que el cartel publicitario fue cruelmente rebautizado como “La Bella y las Siete Bestias”, lo que constituyó un agravio gratuito para las siete señoras sicilianas que aparecían en la foto. Varios medios europeos, en ese momento, criticaron la fotografía aduciendo que no sólo las siete señoras habían sido engañadas por la empresa de ropa que las contrató, sino que la imagen era sexista y racista, promoviendo una descripción negativa de las mujeres italianas.

Una de las mujeres implicadas en el engaño emprendió acciones legales contra Kenar Enterprises. El asunto se resolvería finalmente en el año 2000, cuando la empresa se vio obligada a pagar 20 millones de liras como indemnización por los daños y perjuicios sufridos por la mujer, que entretanto había fallecido.

En el año 2015 la articulista italiana Michele Scozzarra, recordando la polémica fotografía de 1991 bautizada como “La Bella y las Siete Bestias”, escribiría lo siguiente:

“Quién es ‘la bestia’ en esa foto? Se trata sin duda de la modelo, entendida como concepto mercenario, que se vende a millones el kilo a anunciantes que no hacen más que vender mentiras. De hecho, necesariamente tienen que construir personajes falsos, con modelos que representan temas que no se ajustan a la realidad, que sólo tranquilizan a los provincianos.

En esa foto, las siete dignas mujeres que rodean a ‘la bestia’ reflejan la imagen de cómo son las mujeres de nuestra tierra cuando permanecen fieles a su destino sagrado y social como hijas, hermanas, esposas y madres, en su actitud humilde y solemne, con los ojos bañados por esa serenidad preocupada, por esa conciencia dolorosa y al mismo tiempo firme y orgullosa de lo que, en el fondo de cada día, es la vida y su deber, construidos sobre un sacrificio antiguo y actual hacia los seres queridos, sin ninguna falsedad…!

‘Lo esencial es invisible a los ojos… sólo se ve claramente con el corazón’, decía Saint-Exupéry… ¡He aquí la única manera inteligente y seria de poder ver ese cartel, sin ensuciarse!”