Son varios los casos que hablan de un joven que tras convertirse en profesional del área que estudió no queda satisfecho y emprende nuevos rumbos laborales. Ahora, hay historias que son un poco más radicales, como la de Ornella Tumini.

Se trata de una argentina quien lejos de encontrar la tranquilidad a sus 25 años, siendo contadora y teniendo un trabajo estable en Argentina, lo que halló fue una sensación de aburrimiento que la llevó a atravesar fronteras de manera insospechada.

Así lo relató la propia trasandina a TN, señalando que primero vendió su auto y juntó dinero para poder viajar a Italia y estando allí postular a la residencia. Ahora, con este logro en sus hombros, su impulso fue más allá y terminó recalando en Suiza.

“Hablé con mucha gente que me recomendó Suiza por la calidad de vida y por tener mejores sueldos que en otros lugares”, explicó Ornella a TN.

“Recuerdo claramente el primer turno en el hotel. Nunca antes había trabajado en limpieza, y aunque estaba acostumbrada a estar de pie durante el día, la intensidad y el ritmo eran completamente diferentes”, explicó la trasandina respecto a su primer trabajo en Suiza, limpiando piezas en un hotel de lujo.

Y claro, como sucede en muchos trabajos en Europa, el sueldo de la argentina terminó siendo cercano a los 2 mil dólares líquidos. Obviamente, este monto es mayor al que la ahora ex contadora tenía en Buenos Aires, por lo que su capacidad de ahorro aumentó considerablemente.

“No tengo un objetivo claro de cuánto quiero ahorrar o para qué quiero ahorrar. Pero sí sé que en Argentina podía ahorrar aproximadamente 200 dólares al mes y acá mucho más, lo que me permite seguir viajando”, relató.

“Pensar que hace cinco meses estaba en una oficina en Buenos Aires y ahora estoy aquí, trabajando en un hotel en Suiza, me hace reflexionar sobre todo lo que he aprendido y descubierto. Viajar me ha ayudado a conocerme mejor y a decidir en qué quiero enfocar mi energía y tiempo”, cerró.