• Andrea Sepúlveda, ex guía de Lujo
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No pagaba arriendo. Tampoco el agua ni la luz. Menos la calefacción. Así vivió Livinio Stuyck por dos décadas, sin pagar un peso, en un histórico palacio en Madrid.

El hombre de 71 años nació en el edificio de la Real Fábrica de Tapices y ahí reside desde entonces. Su familia fue dueña y gestora de la famosa y exitosa fábrica durante décadas, pero en 1996 la construcción pasó a manos del Estado debido a una deuda con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria. Desde entonces, la fábrica continúa funcionando, mientras Stuyck y su esposa siguieron viviendo sin pagar un peso en un dúplex de 700 metros cuadrados ubicado en el mismo edificio histórico.

Stuyck continuó viviendo en el lujoso departamento que alguna vez fue centro de fiestas a las que incluso asistía la reina Sofía y los duques de Luxemburgo. Además, el edificio, donde turistas pagan entrada para ver tapices de Goya, contaba con guardias de seguridad las 24 horas, los que tampoco pagaba el heredero de las fábricas de tapices.

La buena vida duró hasta este año, cuando el Ayuntamiento de Madrid entregó una orden de desalojo a Stuyck para que dejara el edificio estatal y buscara su propia casa. El sujeto aseguró que no dejaría la casa donde había sido criado y que había pertenecido a su familia por casi tres siglos. Una situación complicada que ha captado la atención de los medios en España y el mundo gracias a la historia del “okupa” que vive entre lujos.