El mundo de las estrellas de la música está lleno de mitos y también de relatos que son verdaderos. Parte de estos dos “condimentos” mezclan las historias que existen respecto a los requisitos que piden este tipo de celebridades antes de los conciertos.

Para algunos, es el lado más polémico de los artistas de talla mundial que tienen que ver con la música, ya que en algunos casos las peticiones son lujosas y también bordean lo insólito.

Y claro, en muchos casos hay quienes piensan que la categoría de superestrellas les permite no tener límites a la hora de pedir bienes o servicios antes de los conciertos.

Un caso particular es el de Elton John, una de las máximas estrellas de la música pop quien, en el año 2013, mientras se alistaba para tocar en Brasil, le pidió a los responsables de su visita a Latinoamérica dos habitaciones independientes en el hotel. Una para él y otra para su colección de lentes.

“Necesita una temperatura exacta de 16 grados para proteger los accesorios”, señaló una de las encargadas de cumplir dicha petición del cantante en ese entonces.

Por su parte, Eminen no lo hace nada de mal en estas lides. En el 2010, mientras estaba preparándose para tocar en Irlanda del Norte, el rapero pidió en su contrato que debía contar con un estanque de agua y capas koi. Esto, detrás del escenario y, según especularon entonces, fue por el movimiento relajante de los peces.

Paul McCartney también dio de qué hablar por este tipo de lujos. Cada vez que viaja a un país, pide contar con arreglos florales de primer nivel y que en promedio cuestan cada uno 200 dólares, según detalla el medio Los40. Además, pide expresamente que retiren cualquier estampado o piel natural de su camarín.

Asimismo, Prince también está en este club de estrellas con peticiones costosas y extrañas. En este caso, el cantante pedía que toda la comida que se le ofreciera debía estar envuelta en plástico y sólo él podía abrir este tipo de paquetes.

Otro aspecto extraño, en este caso, fue el día que Prince solicitó no tener contacto visual con los animadores de un evento y tampoco con los organizadores de este. Para este tipo de privacidad, en muchas ocasiones ocupaba limusinas para llegar casi de manera directa al escenario donde se iba a presentar.

Finalmente, Van Halen destaca en esta recopilación por pedir en 1982, durante su tour mundial, que en cada una de las paradas de su gira debían encontrarse con un cuenco de M&M’s. A esto, agregaron la cláusula que este objeto debía decir: “Advertencia: Rotundamente prohibidos los marrones”. Si esto no se cumplía, los conciertos corrían el riesgo de suspenderse. Insólito.