Eclipse: Un gigante de 170 metros que dispone de dos helipuertos, dos piscinas, varios jacuzzis, sauna e incluso una discoteca. Puede alojar en torno a 24 pasajeros, además de 70 tripulantes. También cuenta con un minisubmarino.

Solaris: Todavía en construcción, los datos apuntan a que será un navío de 140 metros de largo y ocho cubiertas, con helipuerto incluido, que puede alojar hasta 36 personas y 60 miembros de la tripulación. El magnate se ha gastado alrededor de 400 millones de dólares en su fabricación.

Escstasea: con un valor aproximado de 150 millones de dólares, estuvo en manos de Abramóvich, su propietario original, desde 2004 a 2009 y sigue siendo uno de los yates más rápidos del planeta. Mide 86 metros, y tiene espacio para 14 invitados y 24 tripulantes así como dos helipuertos.

Pelorus: En 2004, Abramóvich lo compró , Con 115 metros de longitud y con capacidad para 22 pasajeros y 46 miembros de la tripulación. El magnate introdujo en el navío una serie de reformas, como la adición de un segundo helipuerto delantero. Tras su divorcio de Irina Viacheslávovna Malándina, su segunda esposa, el yate pasó a manos de esta, que lo vendió en 2011 a un ejecutivo de cine norteamericano. Su valor actual roza los 230 millones de dólares.

Luna: El segundo yate de expedición más grande del mundo, pasó a manos de Abramóvich en 2010. Lo vendió cuatro años después al billonario azerbaiyano Farkhad Akhmedov por más de 220 millones de dólares. De 115 metros de eslora y nueve cubiertas, entre sus servicios se cuentan 10 cabinas de pasajeros de 100 metros cuadrados cada una, una piscina de 20 metros y un minisubmarino, Tiene sistema antimisiles.

Sussurro: El más pequeño y antiguo de los navíos de Abramóvich. 49 metros de eslora, aloja seis camarotes de lujo que pueden albergar hasta 12 invitados. El yate también pasó a las manos de la exmujer del magnate ruso como parte de su acuerdo de divorcio. Actualmente se encuentra en venta con un precio de 16 millones y medio de dólares.