• Andrea Sepúlveda, ex guía de Lujo
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Antes que se comenzara a hablar del matrimonio del príncipe Harry y Meghan Markle, hubo otras grandes bodas que acapararon la atención de los medios y que además impactaron por sus lujos.

Príncipe Rainier III de Mónaco y Grace Kelly. Una de las actrices más famosas del mundo, ganadora del Oscar, se casa con un príncipe europeo. Una noticia que acaparó la atención de todo el mundo. El vestido fue un regalo de la compañía de cine MGM y se convirtió en un ícono. El vestido 2.000 perlas, 8.000 lentejuelas, un lazo de 125 años de antigüedad y un velo de 1 metro. Los invitados comieron caviar, langosta, champaña y una torta de seis pisos.
 

Príncipe William y Kate Middleton. Una boda parecida a un cuento de hadas que costó más de 34 millones de dólares. Sólo el vestido que usó Kate costó 400 mil dólares y fue hecho especialmente para ella. En la boda hubo dos tortas que costaron 80 mil dólares. Además se gastaron millones de dólares en seguridad, para que la feliz pareja pudiera recorrer varias calles y saludar a los curiosos que esperaron horas para verlos.

Kate Middleton usó una tiara llena de diamantes: 739 con corte de brillantes y 149 con forma de baguette, para ser exactos.

Príncipe Alberto de Mónaco y Charlene Wittscock. A los 53 años el príncipe se casó con la nadadora olímpica en un deslumbrante evento. Fueron tres días de celebraciones. Primero se realizó una ceremonia civil con una gran fiesta, luego un día después se realizó el matrimonio religioso con invitados como Nicolas Sarkozy y Naomi Campbell. Charlene usó un traje Armani Privé que incluía 40 mil cristales Swarovski y 20 mil perlas. Después de la ceremonia, el francés Jean Michel Jarre realizó un concierto en Mónaco en honor a la pareja. Una torta gigante fue el centro de la atención durante la cena.

Príncipe Carlos y Diana Spencer. La boda de Lady Di con el príncipe Carlos fue una de las que más cautivó al mundo y, además, fue una de las más caras en la historia. Se estima que costó más de 70 millones de dólares. Diana usó un vestido que tenía una cola de más de 7 metros de largo y la torta midió más de un metro y medio de alto. Además habían otras 27 tortas expuestas para los invitados y se preparó un duplicado del gigante pastel principal en caso de que hubiera un accidente.

La fallecida “Princesa del pueblo” usó una tiara de cuerdas de brillantes y 38 perlas enormes, que luego, para su divorcio, tuvo que devolver.