Cestería, orígenes y usos de este oficio

Entre las más usadas se encuentran: totora, carrizo y quelmen; gramíneas: teatina, trigo y maíz; salicáceas: mimbre, tesaria: sorona y calafate y chusquea: quila y colihue.
Cestería

Foto: AP

En la cestería se utilizan elementos como totora, teatina, mimbre o quila.

Desde épocas remotas el hombre ha utilizado las fibras vegetales con múltiples propósitos: en paredes y techos de viviendas y bodegas, en cestería, sombreros, sillas, esteras, escobas, en la actividad agrícola (amarra de viñas, calafateo de vasijas de madera para vino, cercos, etc.).

Entre las más usadas se encuentran especies de ciperáceas: totora, batro, carrizo y quelmen; gramíneas: teatina, trigo y maíz; salicáceas: mimbre, baccharis: chilca o chilquilla, tesaria: sorona, brea o calafate y chusquea: quila y colihue.

Las condiciones climáticas de la VI Región región impiden la conservación de la mayoría de los elementos confeccionados a partir de fibras vegetales (canastos, sombreros, esteras, etc.), por lo que difícilmente forman parte del registro arqueológico.

En cestería solamente hay evidencias de dos restos arqueológicos, ambos encontrados en sectores de altura, en Doñihue y en Pangal y en referencias documentales se menciona la existencia de un puente de cuerda y mimbre de factura incaica, instalado entre el cerro Orocoipo y el cerro Trocalán que permitía cruzar el río Cachapoal.

La calabaza o «guada», de gran tamaño, fue utilizada también como depósito y como vasija para fermentar chicha. Los tallos de las ciperáceas antes mencionadas fueron utilizados por los indígenas para enmangar las puntas de proyectil y para construir y techar sus viviendas. En la actualidad estos elementos todavía se usan en techumbres, en los sectores aledaños al lago Rapel y Lolol.

La importancia del mimbre

Cestería

Foto: El Mercurio

La historia de la cestería en Chile no ha sido documentada exhaustivamente.

Aún cuando no contamos con referencias documentales que explícitamente se refieran a prácticas de cestería, y asumiendo el origen reciente (en los años cincuenta) de esta artesanía en la localidad de Chimbarongo, creemos que el conocimiento que de ella tienen los habitantes de toda la región, por generaciones, avalaría la factura y el uso de dicha artesanía desde tiempos inmemoriales.

Las formas que han llegado hasta hoy se adecuan al uso, es así como encontramos:

Grandes canastos para almacenaje o traslado de especies: canasto papero o cosechero, cuna (para pan), para pescado, leñero, para la ropa, etc.

Canastos medianos: Para pasteles, tapado, maleta de pic-nic, de ropa, de huevos, de «vicios» (mate, yerba, azúcar), costurero, etc.

Canastos pequeños para diferentes usos.

Además se utiliza hasta hoy la varilla de mimbre para la confección de secadores de ropa, de canastillos para flores, y para forrar chuicos y damajuanas, y para muebles como sillas, veladores, pisos, mesas, etc.

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