• Luisa Ballentine, ex guía de Maquillaje
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¿Sabías que cada vez que duermes con el maquillaje puesto le añades un año de vida a tu rostro? ¡Es verdad! Por ello es muy importante que te desmaquilles todos los días, sin importar cuán cansada llegues a tu casa.

¿Qué necesitas?

Desmaquillante bifásico (Neutrógena o L’Oréal)

Pétalos de algodón

Un tónico (Agua de rosas)

Un hidratante (Leche virginal)

Toallitas desmaquillantes (Garnier o Nivea)

Procedimiento

La rutina ideal contempla 3 pasos fundamentales para limpiar la piel y prepararla para el sueño:

1) Remover el maquillaje: moja un pétalo de algodón con desmaquillante bifásico (recuerda que estos tipos de desmaquillante son los únicos que sacan máscara de pestañas y labiales de larga duración; y que debes agitarlo antes de utilizar). Separa el pétalo en dos partes y cubre los párpados presionando levemente sobre las pestañas. Déjalos actuar unos minutos y luego gentilmente comienza a retirarlos.

Si lo haces de esta manera evitarás frotar las pestañas y así las mantendrás fuertes y sanas. Además, removerás la totalidad de la máscara y el delineador que hayas utilizado.

El resto del maquillaje del rostro lo puedes remover con el mismo desmaquillante o puedes utilizar las toallitas que son más prácticas.

2) Tonificar: luego de remover el maquillaje y limpiar la piel es importante tonificarla para cerrar los poros y refrescarla. El Agua de rosas es una alternativa natural, relativamente económica y muy efectiva. La puedes aplicar rociando un pétalo de algodón y pasándolo por todo el rostro.

3) Hidratar: el último paso es fundamental para que la piel recupere su equilibrio de humectación. En esta etapa puedes usar alguna crema de tratamiento específica o tu humectante de cabecera. Si no tienes uno, puedes probar con la Leche virginal que se ha convertido en un favorito de las mujeres. Recuerda que se trata de un producto muy hidratante no recomendado para pieles grasas.

Siguiendo estos pasos cuidarás tu piel y la mantendrás saludable a lo largo de los años.