¿Dónde se encuentra hoy el Monte Gólgota, el lugar donde murió crucificado Jesús?
Guía de: Mitos y Enigmas
- Héctor Fuentes
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Los Sagrados Evangelios relatan que Jesús de Nazaret, tras ser condenado a muerte por el populacho judío y el procurador romano Poncio Pilato, después de una larga y dolorosa “procesión” por las calles de Jerusalén, fue crucificado junto a dos delincuentes en una cruz en el Monte Calvario o Monte de la Calavera, también conocido como Gólgota, un rocoso y macabro sitio de cierta altura que se encontraba cerca del exterior de las murallas de esa antigua ciudad de Judea.
San Lucas cuenta que “cuando llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda”. San Juan, por su parte, relata que “tomaron, pues, a Jesús, y, cargándole la cruz, salió hacia el lugar llamado Cráneo, en hebreo Gólgota, donde lo crucificaron. Con él crucificaron otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio”.
El nombre de este monte, al parecer, derivaría de la palabra hebrea “calavera” (“gulgōleṯ”), que hacía referencia a que era un sitio para ejecuciones pública cuya orografía tenía una forma de calavera y donde, además, se encontraban algunos cráneos abandonados debido a que existían en las inmediaciones algunos cementerios y osarios.
Otros autores, en tanto, también han sugerido que el nombre arameo “gol go a tha” significaría “monte de ejecución”.
El Nuevo Testamento describe el lugar de la crucifixión, el Gólgota, como “cercano a la ciudad” (Juan 19:20) y “fuera de las murallas de la ciudad” (Hebreos 13:12). La localización tradicional ubicaría a este mítico monte en Jerusalén, en el centro de la ciudad romana y el templo de Afrodita que mandó construir el emperador Adriano sobre algunas reliquias del Cristianismo, más de un siglo después de la muerte de Jesucristo.
En el año 2004, el profesor británico sir Henry Chadwick argumentó que, cuando los constructores de Adriano hicieron la replanificación en la antigua ciudad de Jerusalén, “de paso confirmaron al Gólgota dentro de los nuevos muros”, es decir, ese monte habría quedado integrado dentro del nuevo plano urbano de la ciudad de Jerusalén, pues ya no estaba ubicado a las afueras de la urbe como en la época de Poncio Pilato.
Años después de esa reconstrucción de Jerusalén, en el año 326 d.C. el emperador Constantino mandaría construir en aquel lugar la Iglesia del Santo Sepulcro, bella basílica que habría sido erigida sobre dos lugares sagrados para el Cristianismo: el Monte Gólgota y la tumba donde se depositó el cuerpo de Jesús tras ser bajado de la cruz.
En el año 333, un autor con el seudónimo de “Peregrino de Burdeos” describió en la obra “Itinerarium Burdigalense” estos dos santos lugares: “A la izquierda está la pequeña colina del Gólgotha, donde el Señor fue crucificado. A un tiro de piedra de ahí hay una bóveda [cripta] donde yació su cuerpo, y donde se levantó al tercer día. Ahí, por mandato del emperador Constantino, se ha construido en la actualidad una basílica, es decir, una iglesia (Del Santo Sepulcro) de maravillosa belleza”.
El autor francés Nazénie Garibian de Vartavan, en su tesis doctoral publicada con el título “La Jérusalem Nouvelle et les premiers sanctuaires chrétiens de l’Arménie. Méthode pour l’étude de l’église comme temple de Dieu” afirmó, por su parte, que el Gólgota se encontraba en la pared vertical del altar de la basílica de Constantino.
Algunos autores protestantes, sin embargo, sitúan al Monte Gólgota en otro lugar de Jerusalén. En 1842, Otto Thenius, teólogo alemán y académico de temas bíblicos de la ciudad de Dresde, se basó en las investigaciones de Edward Robinson para publicar una hipótesis que indicaba que la loma rocosa que hoy se encuentra a las afueras de la llamada Puerta de Damasco era el verdadero Gólgota bíblico.
En 1884 el general británico Charles G. Gordon compartió esta hipótesis. Tras haber pasado un año en Tierra Santa, este militar escribió la obra “Reflexiones sobre Palestina”, donde argumentó que un afloramiento de roca parecido a un cráneo y una tumba cercana conocida como la Tumba del Jardín, descubierta hace algunos años a las afueras de la Puerta de Damasco, eran los sitios verdaderos donde Jesucristo murió y fue enterrado.
Esta localización, llamada normalmente en la actualidad “Skull Hill” o “Colina de la Calavera”, tiene en su parte inferior un acantilado con dos grandes agujeros, que Gordon pensó que se parecían a los ojos de un cráneo. Por ello, él y otros autores han considerado que esa es la razón por la cual ese monte fue conocido como Gólgota (que, como ya se mencionó, significa “calavera”).
Rodger Dusatko, un misionero de Alemania, afirmó por su parte que el Gólgota se encontraba en una colina ubicada frente a la Puerta del León en Jerusalén, en un sitio ubicado cerca de la ruta donde solían pasar los peregrinos que entraban y salían de la sagrada ciudad.
El autor Eusebio de Cesarea, en tanto, comentó en su obra “Onomasticon” que el Gólgota se encontraba justo al salir de Jerusalén, al norte del antiguo Monte Sion, por lo que esa colina encajaría con esa descripción.
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