El general Augusto Pinochet Ugarte (1915-2006), gobernante de Chile durante 1973 y 1990, sigue despertando controversias hasta el día de hoy. Para algunos salvó a Chile de convertirse en un satélite marxista y comunista de la Unión Soviética, mientras que para otros fue un violento dictador que pasó a la historia por las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas durante su régimen.

El general Augusto Pinochet, Comandante en Jefe del Ejército en 1973, junto al presidente Salvador Allende Gossens.

La fama del general Augusto Pinochet como un militar que gobernaba con puño de hierro (famosa fue su frase “en este país no se mueve una hoja sin que yo lo sepa”) comenzó a forjarse en los días inmediatamente posteriores al golpe de Estado de 1973, que supuso el fin de los convulsionados mil días del gobierno de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende Gossens, gracias a una fotografía en blanco y negro tomada por el holandés Chas Gerretsen, fotógrafo de guerra y fotoperiodista que por entonces acababa de llegar a nuestro país tras reportear la guerra de Vietnam y las inundaciones en Pakistán Oriental.

La famosa fotografía del general Augusto Pinochet usando lentes oscuros tomada por el fotógrafo holandés Chas Gerretsen.

En dicha fotografía, que daría la vuelta al mundo debido a la amenazadora imagen del general Augusto Pinochet y que fue tomada por Chas Gerretsen en la Iglesia de la Gratitud Nacional durante el Te Deum de 1973, Pinochet aparecía sentado de uniforme, junto al resto de los miembros de la Junta Militar, con los brazos cruzados pegados al pecho, con su gorra militar sobre las piernas y usando unos lentes negros, lo que endurecía sobremanera su aspecto.

Esta fotografía sería publicada por entonces en los diarios de casi todo el mundo, y se transformaría en una de las imágenes más icónicas y célebres tomadas por Chas Gerretsen durante su vasta carrera profesional.

En una entrevista publicada por el semanario The Clinic, Chas Gerretsen, rememorando cómo había tomado su famosa foto, recordó que “había una pasada de prensa, donde se invitaba a la prensa a fotografiar a la Junta militar…Así que fui y cuando llegué a la calle de la iglesia donde se estaba haciendo la ceremonia, había militares por todas partes: en la calle, en los techos. Y no me dejaban pasar. Entonces uno de los hombres de Pinochet me reconoció y dijo que me dejaran pasar. Y en la siguiente parada me volvieron a detener y me volvieron a dejar pasar y así hasta que llegué a la iglesia con otros 10 o 15 fotógrafos y camarógrafos. Estaban todos los generales sentados con sus asistentes y yo llegué y les empecé a sacar fotos uno por uno justo enfrente a ellos. Otros fotógrafos tomaron fotos de ángulos abiertos. Creo que quizás tenían miedo de acercarse mucho a los generales. Si ven las fotos se puede ver que fui de uno en uno sacando fotos y la única foto llamativa es la de Pinochet. Es el sueño hollywoodense de un dictador. Por eso a la gente le gusta la foto, porque lo retrata como lo que es”.

Gerretsen agregó que “si ves la foto del general Leigh (Gustavo Leigh, General del Aire), por ejemplo, también está sentado en una silla, creo que también tiene los brazos cruzados y está con lentes, pero se ve débil, como nada, como la mayoría de los otros generales, se ve como cualquier cosa menos como alguien malo, es un seguidor. Además que él no era tan buenmozo como Pinochet, que tenía una cara más fuerte. La foto de Pinochet con los lentes está tomada de frente y ligeramente desde abajo. Una de las razones por las que esa foto es tan potente es porque está mirando directamente hacia mí. Por supuesto, en ese momento, jamás me imaginé que esa foto de Pinochet iba a ser tan famosa”.

La fotografía del general Augusto Pinochet tomada por Chas Gerretsen, en los años siguientes, sería replicada cientos de veces cada vez que se informaba sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en nuestro país, convirtiéndose de ese modo en una suerte de ícono gráfico de la dictadura militar.

Cercanos al general Pinochet contaban que el gobernante de facto, muchos años después, se habría arrepentido de haber posado con lentes negros en aquella célebre sesión de fotos en la Iglesia de la Gratitud Nacional, pues en su opinión le daba una imagen implacable que no se correspondía con la realidad, aún cuando al mismo general se le atribuyó la siguiente frase: “La mentira se descubre por los ojos y yo muchas veces mentía, por eso usaba anteojos oscuros”.