• Annegret Hielscher, ex Guía Canal de Moda
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Hacer un taller de diseño de indumentaria en una escuela de diseño, conlleva riesgos. Son hartas variables que manejan los alumnos y alumnas que pueden llevar a resultados totalmente destemplados ya sea por su apariencia estética, fineza en terminaciones y acabados o bien por -casi lo más importante-, su objetivo final de uso. Afortunadamente se trata de laboratorios de ensayo que permiten a quienes los experimentan afinar detalles complejos que en la suma se pueden traducir en líneas de producción completas.

Estos talleres son el caldo de cultivo de buenas ideas resultantes en combinaciones de materiales, prendas, paleta de colores, tendencia y estilo. Son experiencias alentadoras, porque aquí aparecen los talentos reales quienes tienen que resolver no sólo creativamente frente a determinadas situaciones de realización en contexto, si no que de manera práctica también.

La exposición a la que me refiero ahora es una muestra tangible de que las cosas en el mundo de la moda pueden hacerse bien, con ideas y soluciones que podrían aportar para que mejore nuestra industria local.

Se trata de un workshop reciente, que imparte la diseñadora PUC Francisca Menichetti, del que destaco tres propuestas con  identidad.

La primera, cuya autora es  María José Simian, se trata de una propuesta que imagina una visita a terreno, en Chiloé, específicamente en el contexto de una exposición de arte. ¿Qué se pondría quien viaja al sur, dadas las condiciones climáticas, entre otras? La definición es bien simple, abordando una construcción en base a capas y formas geométricas simples, potencia el uso del derecho y el revés de éstas, eliminando forros u otros procesos como estampados o aplicaciones, asumiendo un rol medioambiental cuando evita todo tipo de recortes y recicla telas. Con esto se enmarca en una suerte de austeridad técnica bien efectiva.

La segunda propuesta que destaco está en manos del diseñador Felipe Lara, quien trabaja con elementos arquitectónicos, formas geométricas, simetría y volumen. Lo más relevante es que su propuesta está basada en plisados, con los que según su tamaño y direccionalidad va jugando con la silueta de la forma que más convenga, para así mejorarla y potenciarla a través de la estructura. Aquí la inspiración está dada por los códigos urbanos,que técnicamente con el plegado de las telas, busquen decorar o enriquecer las prendas.

Finalmente he incluido también la propuesta de María José Celsi, cuya proposición es bien simple, basada en el reciclaje, alejándose de las grandes tiendas lo más posible. La mini colección fue bautizada como REU, cuyo eje es reutilizar las prendas en desuso, provenientes del ámbito laboral (uniformes de trabajo, ropa corporativa, etc.), para darle un nuevo valor, aprovechando sus cualidades y descontextualizando sus partes, para llegar a nuevas formas.

Comparto con ustedes algunas imágenes de estos trabajos que pudiesen traducirse en propuestas reales en quizás un futuro muy cercano.