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Datos útiles para un buen viaje en moto a Mendoza (II)

Antes de subirse a la moto para emprender el viaje al país vecino es bueno tener en cuenta una serie de consejos y manejar información que hará más sencilla nuestra travesía.

Ya estamos listos para partir, con todos los documentos y equipamiento necesarios. Ahora sólo nos queda revisar información útil que nos puede evitar más de algún mal rato. La lista es la siguiente:

Viaje a Mendoza

Foto: Cristián Carvallo, El Mercurio

La ruta tiene algunas paradas obligadas.

Bencineras: Aunque son alrededor de 400 kilómetros de distancia entre Santiago y Mendoza, es importante tener muy claro donde abastecerse de combustible. La última estación de servicio que tenemos al lado chileno, antes de llegar a la aduana, es la de Río Blanco. Se trata de una pequeña bencinera donde encontraremos baños y un minimarket para recargar energías nosotros y nuestra moto.

La siguiente bencinera está después en Penitentes, pasada la aduana y muy cerca del Puente del Inca. Ahí también aceptan pesos chilenos.

A quienes tienen estanques pequeños se les recomienda cargar en esa localidad antes de seguir, ya que la próxima bencinera está en Uspallata (a poco menos de 100 km de distancia).

Desde ahí, ya no tenemos nada hasta Mendoza (excepto una que está en el sector de Potrerillos, pero hay que desviarse de la carretera para llegar a ella).

Trabajos en la carretera: Actualmente el Ministerio de Obras públicas está reparando gran parte de nuestra carretera, por lo que encontraremos múltiples detenciones obligatorias donde hay sólo una vía. En ellas es posible esperar hasta 30 minutos para que los camiones que vienen del otro lado pasen.

Además, en varios sectores se pondrán a prueba nuestras habilidades off road, ya que en muchas partes sólo hay piedras y tierra, donde están preparando el terreno para poner asfalto nuevo.

Cuidado con los cobertizos: Estas construcciones siempre le dan un grado de dificultad extra al viaje. Cuando hay mucho sol, el ingreso a ellos nos deja prácticamente ciegos al ser tan oscuros, debido a que nuestras pupilas no se dilatan inmediatamente.

Por eso, lo recomendable es entrar a baja velocidad, ya que es muy fácil encontrarse sorpresivamente a pocos metros con algún vehículo (generalmente camiones) moviéndose a la vuelta de la rueda.

También es posible que no advirtamos algún hoyo (algo muy frecuente y hasta hay algunos de tipo “cráter lunar”) que nos pueden hacer perder el equilibrio.

Menos fuerza: Al llegar a la aduana, la moto se sentirá con menos fuerza. Incluso es posible que se apague el motor (a veces hasta cuesta un poco volver a encenderlo). Pero eso no es para asustarse, ya que es normal. Debido a la falta de oxígeno, la explosión de la bencina es menor.

Manchas de aceite: La gran cantidad de camiones que usa esta ruta, hace que encontremos en varias partes unas peligrosas manchas de aceite. Así que siempre que veamos algún color oscuro en el asfalto, lo mejor es esquivarlo cuidadosamente para evitar una posible perdida de tracción y patinada.

Viaje a Mendoza

Foto: Alex Moreno, El Mercurio

No se asuste si su moto pierde fuerza al llegar a la Aduana.

Cuidado con el viento: En esta ruta el viento es tan fuerte que nos puede cambiar de pista; botar en una curva, o simplemente tumbarnos la moto si es que paramos para tomar una foto.

Por eso, se debe tener mucho cuidado y tratar de no curvar muy inclinado cuando el viento es excesivo.

Paciencia con los camiones: Hay tramos donde posiblemente nos encontraremos con algún camión avanzando a menos de 30 km/h en subida. En ese caso no queda nada más que esperar la zona donde se permite adelantar, ya que evidentemente no vale la pena el riesgo y además la policía siempre está pendiente en eso sectores.

Otras tantas veces los camioneros también son de gran ayuda al indicarnos con sus señalizadores que la pista está despejada para que los adelantemos en zonas donde no tenemos visual.

Paradas obligadas: desde el punto de vista de interés turístico, la primera parada debería ser el Puente del Inca, para contemplar la hermosa formación rocosa que forma un puente natural sobre el río Las Cuevas, donde se construyó un hotel.

Luego el Aconcagua, que cuando está despejado se ve desde la carretera.
Y, por supuesto, el Cristo Redentor, es otro imperdible.

En Uspallata podemos encontrar muchos restaurantes. Algunos de ellos ofrecen menús para camioneros, por lo que sus platos son muy abundantes y a precios bastante bajos. Ideal para comer el primer asado de chivito o una milanesa.

Más adelante encontraremos Potrerillos, donde hay cabañas y complejos turísticos como para quedarse el primer día y aprovechar de hacer rafting o alguna de las actividades que allí se ofrecen.

Luego, en Mendoza las posibilidades son demasiadas como para enumerarlas. Así que prefiero dejarlos por su cuenta para que decidan qué hacer.

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