Por mucho tiempo los sitios para encontrar pareja y las aplicaciones destinadas a ese fin fueron considerados relativamente seguros para las mujeres. Parecía que la violencia de género no tenía lugar ahí,  pero distintos estudios y testimonios están poniendo de manifiesto todo lo contrario.

Por ejemplo un sondeo  realizado recientemente por la Federación de Mujeres Jóvenes (FMJ) y financiado por el Ministerio de Igualdad de España  reveló que Tinder podría estar creando un ambiente propicio para cientos de violaciones durante las citas en el mundo físico.

De acuerdo al sondeo, el 21,7% de las mujeres asegura haber sido forzada a tener relaciones sexuales durante estos encuentros mediante violencia explícita. De las 963 mujeres heterosexuales encuestadas, de entre 18 y 35 años, “208 fueron violadas en el sentido consensuado socialmente del término, mediando la violencia física”, añade la investigación.

Y como si fuera poco agrega que el 57,6% de ellas afirmó haberse sentido presionada por alguna de sus citas para mantener relaciones sexuales, mientras que el 49,2% indicó que las habían alentado a seguir bebiendo con el objetivo de tener sexo.

Es más, el 33% de las usuarias entrevistadas declaró que fue forzada a continuar con la práctica sexual a pesar de haber expresado su deseo de parar y otro 21,4% indicó que el hombre se quitó el preservativo durante el sexo sin informarla.

Los datos del estudio no pasaron desapercibidos y junto con un comunicado enviado por la aplicación al diario español El Confidencial. También se hicieron públicos testimonios de mujeres que aseguran haber sido victimas en sus encuentros con caballeros, a pesar de haber mediado varios días, o semanas de conversaciones, antes de reunirse en persona.

La prensa española publicó el caso de una mujer a la que llamó “Mariana”. Ella se reunió con un hombre que conoció en Tinder. Se encontraron en un bar. Hablaron, rieron, bebieron y se besaron. Sin embargo, cuando Mariana decidió terminar la cita e irse a casa, el hombre insistió en acompañarla y ella aceptó. Compró cervezas de camino a su apartamento y, aunque ella quería que se despidieran en la entrada del edificio, dado que llovía y no venían taxis, lo invitó a pasar. Como el problema de transporte supuestamente continuaba ella lo invitó a quedarse en el sofá de su casa. Sin embargo, mientras ella dormía en su cama sintió al hombre encima de ella tratando de penetrarla. Lo echó de la casa, pero no denunció por temor a que no le creyeran o la juzgaran.

La historia de Mariana es muy común, lamentablemente. S muchas las mujeres  que asumen la culpa y la vergüenza después de sufrir agresiones sexuales. Y en ese marco, el hecho que las aplicaciones de citas empiecen a vislumbrarse como una instancia que podría aumentar la violencia sexual, preocupa  dado que estas plataformas son cada vez más populares.

Por ejemplo, en 2021 Tinder se conveitió en una aplicación  con más de 78 millones de descargas en todo el mundo, según Statista. Por lo tanto, es crucial examinar cómo la aplicación está contribuyendo a la normalización de la violencia sexual y las agresiones durante las citas. La compañía  afirmó que tiene una política de tolerancia cero hacia el acoso y la agresión, y que seguirá trabajando con las autoridades y organizaciones para promover una cultura de citas segura.