“Me hice abogada para salvar a mi madre de una acusación injusta de asesinato”. Este es el relato que resume lo realizado por quien, con tan solo 14 años, comenzó a enfrentar una tragedia familiar que cambiaría el rumbo de su vida.

Todo ocurrió una noche en la ciudad de Valença, Bahía, Brasil. En esa ocasión un disparo resonó por las calles y alteró el destino de Rosália Maria Negrão Pita, madre de Camila, quien fue acusada de asesinar a su entonces pareja, José Antônio Silva Braga, conocido como Tony Veículos. Aunque hoy, 12 años después, la mujer fue declarada inocente, la vida de ambas se transformó en una lucha constante por demostrar esa inocencia.

Según Camila, aquella noche de 2012 su madre y Tony, tras un intento fallido de reconciliación, tuvieron una discusión intensa. Rosália no estaba interesada en retomar la relación, y Tony, desesperado, amenazó con suicidarse si ella no volvía con él. Acto seguido, tomó un revólver calibre 38, se subió a su auto y continuó insistiendo en sus amenazas. Rosália trató de calmarlo, e incluso le dijo que lo acompañaría en el auto. Sin embargo, justo en el momento en que ella giró para buscar su bolso, escuchó el disparo. Al volver la vista, Tony estaba herido de muerte.

La historia no solo capturó la atención de la policía y los medios locales, sino que también dividió a los habitantes de Valença. Algunos vecinos sospechaban que Rosália había cometido el crimen; otros, que el acto había sido un suicidio. Lo que para unos fue un juicio claro de culpabilidad, para otros fue una pesadilla de acusaciones infundadas. Sin embargo, los peritajes realizados en el lugar de los hechos no mostraron pruebas contundentes contra Rosália. El arma, encontrada en el asiento del pasajero, no tenía sus huellas, y la posición del disparo hacía poco probable que ella hubiera podido ejecutar el tiro que acabó con la vida de Tony. Además, siendo Rosália considerablemente más baja que Tony, no parecía factible que pudiera haber disparado desde la distancia y ángulo en el que se hallaba la herida.

La fiscalía, sin embargo, mantuvo su postura y durante años buscó llevar a Rosália a un juicio ante un jurado. Fue en este contexto de tensión e incertidumbre que Camila, en su adolescencia, decidió estudiar derecho. “Quería entender el proceso, saber qué estaba pasando y qué decía el código penal sobre el caso de mi madre”, confiesa. A los 17 años, ingresó a la Universidad Estadual de Bahía y allí su compromiso con el derecho penal se afianzó. Al graduarse, se propuso defender a su madre en el juicio que parecía inevitable.

Con una determinación creciente, Camila acumuló experiencia en casos de jurado, lo que la convirtió en una abogada defensora preparada para enfrentar el desafío de su vida: probar la inocencia de Rosália. Durante el juicio, que tuvo lugar en septiembre de 2024, se presentaron pruebas y testimonios que reforzaron la teoría de la defensa, indicando que Tony pudo haber actuado bajo un impulso suicida y que Rosália no había participado de forma alguna en el disparo.

El proceso judicial, que fue de gran interés público, estuvo marcado por la presencia de amigos y simpatizantes de Rosália, muchos de los cuales se presentaron en el juzgado con camisetas que proclamaban “Rosália Inocente”. Tras varias horas de deliberación, el jurado dictaminó su inocencia por unanimidad. La emoción en la sala fue abrumadora, y tanto Camila como Rosália rompieron en llanto al escuchar el veredicto.

Para Camila, la experiencia fue un punto de inflexión en su vida. No solo le dio el conocimiento y las habilidades para defender a su madre, sino que también se convirtió en una motivación para seguir trabajando en el ámbito del derecho penal. Al recordar el juicio, Camila expresa una mezcla de alivio y orgullo por haber cumplido la promesa que se hizo cuando apenas era una adolescente: salvar a su madre de una condena injusta.

“Fue como revivir el peor trauma de nuestras vidas”, comenta, recordando los momentos de mayor tensión durante el juicio. Hoy, Camila mira hacia el futuro con la certeza de que puede enfrentar cualquier adversidad. “Saber que logré cumplir esta misión me da una fuerza increíble. Todo este proceso me ha hecho más fuerte y ahora siento que puedo utilizar esta experiencia como impulso para mi carrera”.