Anillos, aros, pulseras o dijes para collares, ¿qué te harías tú? Pero ojo no en materiales tradicionales como el oro o piedras preciosas, sino en uno de incalculable valor emocional: el cordón umbilical de tu hijo.

La tendencia,  se suma a las diversas iniciativas relacionadas como el comerse la placenta, dejarla unida por mucho tiempo al neonato o realizar algún rito con el mismo cordón umbilical y ha ganado popularidad en los últimos años. Ocurre que muchos padres la ven como una forma de  crear un recordatorio tangible del nacimiento de su hijo y del vínculo que comparten con él.

Para entender cómo funciona esto, hay que explicar que las joyas se  elaboran a partir del muñón seco del cordón umbilical, que en la mayoría de los casos, es sellado con una resina transparente el cual se incorpora a una pieza de joyería. La joyería resultante puede tomar la forma de un colgante, pulsera o anillo, y puede ser personalizada con gemas adicionales, piedras preciosas u otras decoraciones.

Una de las impulsoras de esta tendencia es la diseñadora estadounidense Ruth Avra, que transforma el cordón en una joya utilizando materiales como la plata.

La diseñadora que ha exhibido en destacados museos del mundo y que es conocida por aplicar técnicas especiales en ciertos materiales no tradicionales, como el cuero y la madera, utiliza un proceso específico en el caso del cordón umbilical.

Es así como a través de la técnica conocida como fundición a la cera perdida, hace que las joyas tengan un acabado como si fueran ámbar.

Más allá de Avra, las joyas de cordón umbilical se vuelven más populares cada año, aunque no han estado exentas de controversia. Algunas personas creen que es poco higiénico y potencialmente peligroso guardar una parte del cuerpo que ha sido separada, ya que puede transportar bacterias dañinas. Otros lo ven como una forma de celebrar el vínculo entre padres e hijos y crear un recuerdo muy preciado.