Nunca  antes fue más difícil lograr el matrimonio de una hija o un hijo, este es un pensamiento recurrente entre las madres chinas actuales, quienes ven cómo sus retoños superan los 20 años sin formar una familia, contradiciendo la tradición milenaria del país.

Este problema no solo preocupa a las progenitoras: el año pasado, la población de China descendió por primera vez en 60 años, y su tasa de fertilidad cayó a un mínimo histórico. Además, el número de matrimonios registrados fue el más bajo en 37 años, con 6,83 millones, la menor cifra desde 1986.

¿Qué está sucediendo? Hay diversos factores, desde decisiones personales, como el creciente número de mujeres que eligen no tener hijos, hasta cuestiones laborales, migración del campo a la ciudad e incluso el desempleo y la desaceleración económica en China.

Por ejemplo, una encuesta de 2021 realizada por la Liga de la Juventud Comunista de China a casi 3.000 personas de entre 18 y 26 años reveló que más del 40% de las mujeres jóvenes en las ciudades no tenían planes de casarse, en comparación con menos del 25% de los hombres.

Ante este panorama adverso para los planes familiares de los padres, las madres chinas han intervenido, tomando un papel protagónico en la búsqueda de parejas para sus hijas, organizando citas a ciegas. Chen, una joven china de 20 años, contó recientemente a la BBC de Londres que su madre le organizó cerca de 20 encuentros con desconocidos en un intento por encontrarle pareja, muchos de los cuales fueron infructuosos.

Paralelamente, el uso de aplicaciones para encontrar pareja está experimentando un auge en el país. Se estima que hay casi 300 de estas aplicaciones en la actualidad, en comparación con las 81 que existían en 2017, según data.ai, una compañía de análisis estadísticos. Las descargas y compras dentro de las aplicaciones han aumentado significativamente, con inversiones de más de US$ 5300 millones  destinadas a empresas de citas y redes sociales en China en 2021, cifra que se espera que continúe creciendo, según PitchBook.

En este escenario tecnológico también persisten antiguas tradiciones como los llamados “Parques Matrimoniales”, donde diferentes plazas en ciudades chinas se convierten en “mercados matrimoniales” cada semana. Aunque esta costumbre centenaria involucra a padres y abuelos intercambiando datos de sus hijos y nietos para buscar parejas, parece que nada da resultado, ya que los intereses de hombres y mujeres aparentan estar muy distantes.

Dado que este tema ha sido objeto de análisis políticos, sociológicos y culturales, algunos expertos sostienen que la población china de solteros está compuesta por dos grupos incompatibles: mujeres urbanas y hombres rurales. Los hombres rurales enfrentan expectativas económicas, como el alto precio de las dotes y la dificultad para encontrar empleos seguros que les permitan mantener a una familia. Esto, a su vez, lleva a que las mujeres de las zonas rurales tomen más tiempo a la hora de elegir pareja.

Cathy Tian, una joven de 28 años que trabaja en Shanghái, describió este fenómeno de manera elocuente a la BBC de Londres: “Cuando regresé a casa para el Año Nuevo chino, me sentí increíble siendo una mujer en el mercado matrimonial de la China rural”.