La vida amorosa del fallecido escritor Mario Vargas Llosa siempre estuvo ligada a su familia. Su primer matrimonio, cuando tenía 19 años, fue con su tía política, Julia Urquidi, de 30.

Casi una década después, se enamoró de su prima y, a la larga, quien fuera el gran amor de su vida: Patricia. Su matrimonio se concretó en 1965, después de haber pasado un año juntos en París, Francia, donde ella estudió Filosofía.

Tuvieron dos hijos (Álvaro y Gonzalo) y una hija (Morgana). Se mantuvieron juntos casi 50 años, y él destacó la presencia de su entonces esposa cuando recibió el Premio Nobel de Literatura en 2010.

“Ella lo hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que hasta cuando cree que me riñe me hace el mejor de los elogios”, aseguró en su discurso.

Sin embargo, el romance del autor con Isabel Preysler terminó con la que parecía una familia ideal. “Yo temía que esto tendría unas consecuencias nefastas para mi madre, sobre todo porque desde los 18 años ella había dedicado enteramente su vida a mi padre”, fue el crítico mensaje de Gonzalo al enterarse de la infidelidad.

Vargas Llosa y Presyler fueron novios hasta 2022. Fue cuando el peruano decidió cortar de raíz con la mujer. Su justificación no dejó espacio a las dudas. “Somos de dos mundos muy distintos”, enfatizó.

De hecho, Patricia se lo había advertido. A través de una carta, le dijo que Mario “siempre volvía con ella”, que lo suyo “tenía fecha de caducidad” y que “le acabaría siendo infiel”. Tres años después, Mario Vargas Llosa falleció rodeado de sus más cercanos.