¿Te pasa que al aplicarte máscara de pestañas abres la boca o cierras el ojo contrario? Si tu respuesta es “sí”, aquí sabrás por qué ocurre y qué significa. Si tu respuesta es “no” o “no sé”, fíjate la próxima vez que uses este producto, porque lo que parece un gesto extraño es, en realidad, una reacción muy común.

Aplicar máscara de pestañas se ve como un ritual sencillo, pero muchas mujeres notan que, de forma natural, cierran un ojo y hasta abren la boca. ¿Por qué nuestro cuerpo reacciona así? La explicación tiene raíces fisiológicas y revela cómo cerebro y músculos faciales colaboran para facilitar esta delicada tarea.

Cerrar un ojo es un reflejo natural que ayuda a mantener la precisión. Al hacerlo, disminuye el parpadeo involuntario y se protege el globo ocular de posibles irritaciones por el cepillo o el producto. Además, el párpado del ojo maquillado se relaja y se vuelve más flexible, lo que facilita una aplicación más uniforme y precisa.

Por su parte, abrir ligeramente la boca está relacionado con la coordinación neuromuscular. Relajar la mandíbula descomprime la parte inferior del rostro e influye en la musculatura que rodea los ojos. Esto genera un leve estiramiento de la piel, dejando los párpados más sueltos y favoreciendo la aplicación del maquillaje.

Este fenómeno refleja la complejidad del cuerpo humano: distintos grupos musculares y nervios trabajan en conjunto para ejecutar tareas finas. Lo que parece un gesto involuntario es, en realidad, un mecanismo que mejora la precisión y protege el bienestar ocular.

Saber esto puede ayudarte a mejorar tu técnica: relajar el rostro y aceptar estos movimientos naturales puede marcar la diferencia entre un acabado prolijo y una mancha accidental. Así, la próxima vez que te sorprendas cerrando un ojo o abriendo la boca al maquillarte, recuerda que tu cuerpo solo está dándote una mano para lucir radiante.