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Vivien Leigh: Su silenciosa batalla más allá de Scarlett O’Hara

Conoce cómo esta legendaria actriz luchó contra el trastorno bipolar en la era dorada de Hollywood.enfrentando desafíos personales mientras seguía persiguiendo su sueño en la industria del cine.

Guía de: Mujer

Vivien Leigh, una de las mujeres más aclamadas de la época dorada de Hollywood, nació un 5 de noviembre de 1913, hace casi 110 años. A pesar de su extenso legado teatral, siempre será recordada como la eterna Scarlett O’Hara de Lo que el viento se llevó.

Sin embargo, lo que muchos desconocen es que la recordada actriz sufrió trastorno bipolar, una enfermedad mental compleja que afecta al 4,4% de los adultos estadounidenses en algún momento de sus vidas. En su época, la comprensión de esta enfermedad era limitada y los tratamientos eran extremos.

Por ejemplo, según explicó la doctora Cara Gardenswartz, experta en trastorno bipolar, antes de la década de 1950, se utilizaban sedantes y barbitúricos para tratar la mencionada enfermedad. Los pacientes a menudo eran internados y se recurría a procedimientos invasivos como la lobotomía prefrontal y la terapia de choque electroconvulsivo.

En el caso de Vivien Leigh, después de sufrir un aborto espontáneo en 1944 durante un ensayo de César y Cleopatra, su salud se deterioró aún más. Padecía insomnio y tuberculosis, además de su trastorno bipolar. Sometida a una terapia de electroshock primitiva, quedó con quemaduras en las sienes. Para enfrentar sus demonios internos, recurrió al alcohol.

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A pesar de estos desafíos, Vivien siempre quiso triunfar como actriz. Incluso tomó la controvertida decisión de abandonar a su hija Suzanne, fruto de su primer matrimonio, para seguir su carrera. Según ella, la maternidad era una repetición sin el beneficio de una buena escritura.

Vivien se marchó hacia Hollywood y, de la mano de su segundo marido, Laurence Olivier, se convirtió en una de las parejas más poderosas del cine. A pesar de su enfermedad, demostró dedicación y valentía. Consiguió el papel de Scarlett O’Hara, convenciendo al productor a pesar de su acento inglés, y ganó su segundo Oscar como Mejor Actriz por su actuación.

Sin embargo, su trastorno bipolar se manifestaba en comportamientos erráticos en el set. Durante el rodaje de “Lo que el viento se llevó”, mostraba cambios de humor frecuentes. En “La furia de Ceilán”, lo que significó que fuera reemplazada por Elizabeth Taylor. Sus amigos presenciaron su lucha, pero no entendían su enfermedad.

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En los años 60, sus momentos de manía se volvieron físicamente violentos. Pero a pesar de su tormento personal, siguió actuando. Su última película, “La nave del mal” (1965), mostró su lucha contra la enfermedad. Aun así, su coraje para terminarla fue increíble.

Desde entonces dejó la pantalla grande, por lo que la actriz pasó sus últimos años en el teatro y mantuvo una relación con Jack Merivale, que conocía su enfermedad. Murió a los 53 años debido a la tuberculosis crónica que contrajo en los años 40.

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