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Calle 13 en Viña 2011: fuerza contracultural

El dúo que forman Visitante y Residente, los puertorriqueños Eduardo Cabra y René Pérez, revolucionó a la Quinta Vergara y las redes sociales en el cierre del tercer día festivalero con su explosivo cóctel de música y política.

¿Sabía CHV a lo que se exponía cuando fichó a Calle 13 para formar parte del menú de su primer Festival de Viña? Todo indica que sí. Y al menos dos razones, ambas de resguardo, reflejan, sin duda, la idea de mantener posibles daños colaterales -provocados por el combativo discurso del dúo que conforman René Pérez “Residente” y Eduardo Cabra “Visitante”- bajo cierto control.

Calle 13

Foto: El Mercurip

Calle 13 mostró todo su desenfado y potencial en el escenario de la Quinta Vergara.

El primer dato de autoprotección es el control de calidad que la televisora oficial del certamen 2011 intentó hacer del contenido que Calle 13 ofrecería en su presentación, al cierre del tercer día festivalero, el miércoles 23: a Residente y Visitante, un tándem de letras virulentas (A portarnos mal, a cometer delitos / A comernos a caperucita con los tres cerditos) y actitud desafiante, se le pidió mantener cierta compostura, puesto que su show -como el que ofreció en ese mismo escenario en 2008- formaría parte de un evento familiar y televisado.

El segundo argumento, más bien táctico, es el lugar que Calle 13 tuvo en la parrilla, cerrando su jornada, en una decisión que desde el punto de vista artístico -no logístico ni político- es un error tan grande como la cordillera de Los Andes. El sorprendente dúo de origen puertorriqueño merecía un lugar mejor en la lista:  sin duda, el que ocupó Marco Antonio Solís, el cantante mexicano, ex integrante de Los Bukis, que abrió la noche con una propuesta demasiado vista en Viña y con ese estilo suyo de mesías adormecedor de masas en las antípodas de lo que Calle 13 realiza.

El grupo, al que se clasifica dentro del registro reggaeton pero es -como Residente vocifera- muchísimo más que eso, digamos que mínimamente una propuesta de fusión étnica engastada en la técnica del hip hop, ofreció el show más vibrante, enriquecedor y actual que se ha visto en el escenario de la Quinta Vergara en muchas temporadas. No sólo incluyó una mirada política, sino que tuvo la delicadeza de contener tres muestras de lo mejor de nuestra cultura: un poco de Chancho en Piedra, en homenaje al pop local; una pizca de Inti Illimani histórico, que en su riqueza musical es parte de nuestros lujos artísticos, y sobre todo una diablada, un trozo de la Tirana, esa fiesta nortina maravillosa que debiera ser celebrada en Chile como el Carnaval de Río del Altiplano (si en este país fuéramos cultos y decentes, que no somos).

La agresividad en las letras de Calle 13 y la provocación en el método de Residente, esa postura rockera y contracultural, insolente e incluso pedante, propia de artistas que ya casi no se ven en este mundo de cantantes políticamente correctos, son los ingredientes mágicos del explosivo cóctel del dúo. Son materia prima de una forma de hacer música que en este país sólo tiene un correlato -demasiado antiguo ya, además de solitario- en Los Prisioneros.

De ahí probablemente la notable respuesta que el dúo cosechó desde su primer momento en la Quinta Vergara, entrada ya la madrugada del jueves:  tanto el público en vivo como los seguidores a través de redes sociales -que Calle 13 utilizan sistemáticamente para comunicarse con sus fans- celebraron cada uno de los desplantes de Residente.  A saber: contra Hidroaysen, contra la farándula, contra la violencia, contra la homofobia, contra la prensa de mala calidad, contra la ramplonería y la ignorancia, contra la represión a los mapuche, contra la interrupción que los animadores del certamen festivalero hacen para entregar un rosario de galvanos depreciados por exceso de uso, contra la política xenófoba en Arizona… diríase que contra el sistema capitalista en general.

Calle 13

Foto: El Mercurio

Calle 13 invitó al escenario a varios artistas nacionales, entre los que destacó Inti-Illimani.

¿Quiénes son Calle 13? Wikipedia, uno de sus objetos de desprecio, afirma que René Pérez Joglar (nacido el 23 de febrero de 1978 en Hato Rey en San Juan, Puerto Rico) y Eduardo José Cabra Martínez (nacido en septiembre de 1978, en Santurce en San Juan, Puerto Rico) son hermanastros. Añade que su tercera pieza, Ileana también llamada PG-13,es hermana de José y que a veces canta junto a ellos  Flor Joglar de Gracia, la madre de Pérez, una actriz puerorriqueña. También dice que están activos desde 2003, que una canción llamada “Querido FBI” les dio notoriedad, que editaron su primer disco en 2005 y que de él salieron dos temas sonados, “Se vale tó-to” y “Atrevete-te-te!”. Su gran salida internacional data de 2007, año en el que empezaron a viajar por Latinoamérica. Atesoran ya tres premios Grammy y lanzaron su último álbum, llamado “Entren los que quieran”, el 22 de noviembre pasado.

Musicalmente puede decirse que Calle 13 tiene argumentos sólidos: luce notables bronces, la extraordinaria voz de apoyo de Ilieana y un pulso digno de banda de rock. Pero es su discurso lo que conmueve: en él, la crítica social -y por tanto la vocación de hacer pensar al oyente- ocupa el lugar número uno, y se agradece. Sobre todo porque denota coherencia: cuando René Pérez, un vocalista de torso desnudo y bien torneado, despotrica parece hacerlo tras haber leído concienzudamente el diario. Sabe lo que dice, elige a su presa, busca meter el dedo en la llaga: es -para decirlo en sencillo- otra cosa.

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