Ella fue la niña maldita de Disney. Aunque tal vez este suene a redundancia, debido a la enorme cantidad de chicas Disney que anduvieron ese derrotero tras salir de la sombra del emporio de Mickey Mousse. Pero lo de Miley Cyrus lo superó todo. Una chiquilla fuera de eje.

Escándalos es poco decir. Después de estos, filtraciones de fotos, y, por supuesto, los videos más subidos de tono de los últimos años. Pero algo cambió en la vida de Miley desde hace algo así como doce, quince meses: comenzamos a verla distinta; ella lucía más tranquila, decididamente mejor.

Después nos enteramos qué había ocurrido: Millie se enamoró. Qué bueno. Y después se casó. Mejor todavía. En todo el periodo de la boda y el inmediato antes y después su cuenta de Instagram la mostró enamorada y feliz y lejos de su actividad como artista o influencer. Pero ahora Miley ha vuelto y, por cierto, nos encanta.

La ex Hannah Montana posteó en los últimos días una serie de imágenes suyas que nos encantaron: Miley sexy pero adulta. Ya no una chiquilla escandalosa sino una bella mujer. Ataviada en los looks más sofisticados que la enseñaron sugerente, sensual, pero jamás fuera de la sobriedad. Y un detalle: en muchas estas fotos Miley cerró la posibilidad de comentar a los fans; impensado antes, donde cada shock parecía buscar la respuesta airada del público. Un nuevo perfil estético que, lo confesamos, nos encanta. “Nadie debe vivir-vivir sin amor”, cantaba Fito Paéz décadas atrás. Y es verdad. El estar enamorado es el mejor estado en el que pueden estar las personas. Y el que más lindo las pone.